VIII : Lovely Cupid

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Ya entiendo porque Momo y tú son sus Unnies favoritas. — Admitió completamente enternecida por brillo que atravesó su mirada azul, era cierto que hace meses Sana era un pésimo ejemplo para las relaciones, pero siempre había sido una buena amiga y saber que por ello tenía la admiración de la menor, la hacía amarla solo un poco más.

Claro yo soy futbolista y Moguri bailarina. — Rió Sana encogiéndose de hombros. —Y es cierto que Jeongyeonnie también es súper cool con su guitarra y todo, pero... Ryujinnie prefiere tener agilidad y músculos que cayos en los dedos. — Agregó con un marcado tono de insinuación en su voz, que logró sonrojar a la mayor.

Minatozaki, deja de decir esas cosas. — Dijo dándole un pequeño golpesito en uno de los brazos que rodeaba su cintura con el calor haciendo desastres en su rostro.

Una nueva risa de Sana se escuchó. —Bueno, esta bien. — Aceptó siendo la mejilla de la mayor la que recibió un tierno beso esta vez. Continuando con su misión secreta, hasta que la pelinegra menor finalmente apareció.

Un jadeo escapó de los labios de Ryujin mientras secaba el sudor que más de una hora de práctica había acumulado en su frente, antes de tomar una de sus botellas de agua e ingerir despacio el líquido transparente en el

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Un jadeo escapó de los labios de Ryujin mientras secaba el sudor que más de una hora de práctica había acumulado en su frente, antes de tomar una de sus botellas de agua e ingerir despacio el líquido transparente en el.

Levantó la vista en dirección al reloj en la sala y se dio cuenta de que aún faltaba una hora para la reunión que había organizado con su hermana y sus Unnies y donde se suponía que pasarían un rato diferente, lejos de las tareas y el estrés de tantas actividades, pero había decidido escaparse a la sala de práctica a la que solía asistir con Momo cada miércoles para hacer la segunda cosa que mas le apasionaba, bailar.

Le pareció extraño no tener noticias de Sana y Nayeon en todo el día, considerando que la japonesa se había saltado el entrenamiento que había organizado entre todas la miembros del equipo, pero luego las llamaría o las vería en la reunión de esa tarde.

Un nuevo suspiro salió de sus labios mientras decidía detenerse un rato, sentándose en medio del lugar en posición de indio, jugando con la botella ahora medio llena entre sus manos. Una mueca se formó en su rostro cuando diversos pensamientos llegaron a su mente, todos relacionados con una sola persona.

Como diría una de sus Unnie, con nombre y apellido coreano, Hwang Yeji, la pelinegra que no paraba de abrumarla con sus erróneas ideas sobre su persona, y que ni siquiera le daba oportunidad de demostrarle que no era tan idiota como pensaba.

Ella en serio quería hacer la cosas bien cuando estaba junto a ella, en serio deseaba llamar su atención de una forma agradable para ambas, pero por alguna razón el destino siempre actuaba en su contra y lo único que le dejaba era la mirada decepcionada de la mayor sobre ella, como si en verdad tuviera razón.

Lo único que deseaba era cambiar la opinión que la mayor tenia sobre ella porque en serio le gustaba, lo supo desde el primer momento que la vio entrando en su salón con su brillante sonrisa y su deslumbrante mirada, y solo le pedía una oportunidad al universo para lograrlo, pero parecía que eso era demasiado o es lo que creía.

Lovely Idiot || SaNayeonWhere stories live. Discover now