Cortesía de la casa || silvex

#4

— ¡Silvio! ¡¿Dónde diablos estas?!— Dany había llamado a su amigo por teléfono, eran las seis de la mañana en punto del lunes y su compañero de trabajo todavía no llegaba.

— Perdón amigo, no puedo ir, estoy muy enfermo— aquello era algo que se notaba, la voz con la que hablaba sonaba muy nasal.

— Oh, okey, eso es completamente entendible, peeeeeero— Tomó una breve pausa— Tu tienes las llaves de la cafetería—

— a— momentos después, Silvio colgó la llamada.

— Hijo de su madre—

— ¡Aaahhh! ¡¿Quién es?!— alguien estaba fuera de su habitación tocando la puerta. Había dos opciones, afuera había alguien de mucha confianza que tuviera una copia de la llave de su apartamento, o bien, era un ladrón.

— ¡Soy Dany! ¡Voy a pasar!— Silvio se tapó hasta la cabeza con las sabanas, sabía a que venía su amigo— Bueno, creo que ya sabes a que vengo—

— Neta wey, no había necesidad de que vinieras para verme— Silvio solo trató de disimular.

— No vengo a verte estúpida, eso es después de nuestro último turno— Dany comenzó a rebuscar entre algunos cajones de la habitación— Vengo a que me entregues las llaves para abrir la cafetería—

— Bien, bien, te las doy— Silvio "buscó" las llaves entre las cosas amontonadas de su buró, pero aparentemente no las encontró— No están, que pena— el castaño se volvió a recostar en su cama.

— Ah no, ¡me buscas esas llaves ya!— Dany comenzó a jalar el pie de Silvio hasta sacarlo de la cama, solo quería esas llaves y listo, problema resuelto.

— ¡NOooOoOoOoOO! ¡SueltameeEeeEEeEe!— en cuanto Silvio cayó de la cama, las llaves cayeron con él. Dany jadeó de sorpresa.

— ¡Mendigo Chilvio, las tenías escondidas!—

— Eeehh, ¿Ups?— Dany solo procedió a tomar las llaves.