Considérate afortunado.

Începe de la început
                                    

—¿Quién eres, qué hago aquí, dónde estamos? —Pese a estar aún confundido, Arturo comenzó a lanzarle las preguntas mientras movía su cuerpo para intentar liberarse, rompiendo el silencio del momento con el ruido de las cadenas.

—No te desesperes, por el momento estás vivo, —respondió aquel extraño personaje, esbozando una diabólica sonrisa en sus labios, haciendo que un frío recorriera el cuerpo de Arturo, un frío de terror por el sonido de su voz— y es algo que debes de agradecerme tomando en cuenta lo que te pasó. Pronto tu suerte cambiará, pero primero me divertiré contigo, gozaré con tu dolor, con tu sufrimiento, con la agonía perpetua que te ocasionaré con el pasar de los días, tú y tu patética familia sufrirá. Adiós, y disfruta la estadía.

Aquella silueta daba media vuelta y comenzaba a caminar en dirección a la puerta para abandonar el lugar. Su andar era lento y pausado, como si pretendiera con sus movimientos, darle tiempo a Arturo para lanzarle alguna otra pregunta.

—¡No, espera, vuelve, quién eres! —Le gritaba Arturo, haciendo sonar nuevamente las cadenas que lo mantenían prisionero, intentando liberarse una vez más mientras le gritaba.

—Calla, —detenía sus pasos aquella silueta para responderle, sin siquiera voltear— no gastes con tus palabras las pocas fuerzas que aún tiene tu miserable cuerpo.

—¡No, espera, detente, quién demonios eres!

—¿Qué quién soy? —Le preguntaba, replicando un pequeño gemido de satisfacción— Digamos que de ahora en más soy quien dicta tus pasos, eres tan solo un juguete para mí. Serás parte de mi colección privada de diversión, de ahora en más estarás a merced de lo que yo quiera hacer contigo. Considérate afortunado… adiós Arturo.

Aquella silueta abandonó la habitación, cerrando la puerta de manera violenta, haciendo retumbar el lugar y dejándolo con más dudas respecto a lo que estaba pasando. Tardaría unos segundos en darse cuenta que su voz sonaba distinta, y al intentar mirarse antes de quedar en la oscuridad, logró discrepar que tenía puesto una especie de traje que le cubría todo el cuerpo, incluyendo su rostro.

Una y otra vez intentaba en vano recrear en su mente lo que había ocurrido tras ser atrapado por esa viga en llamas, pero por más que trataba, no conseguía recordar nada. Por largos minutos permaneció inmóvil, hasta que resolvió volver a intentar zafarse de sus ataduras, pero el dolor y el cansancio fueron implacables. Minutos después de aquella extraña visita, aquella inmensa puerta volvía a abrirse, apareciendo frente a sus ojos el causante de su desgracia… Federico.

—¿Contento Arturo? Ah, casi lo olvido, ¡Arturo está muerto! —Exclamaba Federico, una vez que se encontraba cerca de él, alzando la mirada para poder verlo a la cara, dado la altura en la cual éste se encontraba colgado a la pared.

—¿Qué dices maldito bastardo?

—¿Notas tu ropa ahora que tienes un poco más de luz? —Preguntaba éste, dibujando una sonrisa en sus labios— bajo ella se encuentra un cuerpo calcinado, un cuerpo de carbón. El traje te mantiene vivo por ahora. Dale las gracias a mi jefe por tu suerte. Tu familia te cree muerto y así será, por tu bien y el de ellos. Sin embargo, tu cuerpo calcinado fue encontrado en el que era tu hogar, ¡y no preguntes como! Pero fuiste encontrado luego que los bomberos lograron controlar el incendio. Deberás hacer un pequeño viaje a la ciudad del Oeste-Otro, claro, si es que estás dispuesto a recuperar tu vida.

—¿Se supone que debo agradecerles esto? —Al mirarlo para increparlo, se dio cuenta de la altura a la cual se encontraba.

—¡Si te interesa proteger a tu familia harás lo que te digo hijo de perra! ¡No puedes sacarte ese traje, —advertía Federico— de lo contrario morirás! Con el tiempo tu cuerpo calcinado se regenerará con la ayuda del traje que portas, si quieres seguir viviendo te recomiendo no despojarte de él, será mi jefe quien podrá liberarte de tu condena.

UNA NUEVA IDENTIDAD. (COMPLETA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum