🌿 Único

930 75 18
                                    

Una sonrisa despreocupada apareció en el rostro del Şehzade, su mirada que transmitía serenidad iba más que a juego con la demostración de sus dientes que le proporcionó a su madre.

—Estaré más que bien, madre. —dijo sin borrar su hermosa sonrisa— Te lo prometo.

—No, no me lo prometas, júramelo. —pidió la castaña al borde de las lágrimas.

—¿No crees que estás exagerando?

—¡Por supuesto que no!

—Madre… ¿Qué podría sucederme?

—Muchas cosas: desde una simple caída de tu corcel hasta que una banda de ladrones asalte tu caravana. ¿No piensas en tu seguridad? ¿No piensas en el dolor que me causarás si alto te sucede? —preguntó asustada, y no, no era por lo que acababa de enumerar, sino más bien porque el hombre al que una vez amó lo convocó en el campo de batalla contra el Imperio Safávida ya que estaban en desventaja y se necesitaban más guerreros— Además… no me sorprendería si Su Majestad–

La sonrisa del Príncipe desapareció y fue reemplazada por una expresión llena de amargura.

—Es mi padre, no sería capaz de hacer tal cosa sin sentir miedo del castigo de Allah.

—Cuando tu padre está bajo la influencia de Hürrem él hará cualquier cosa sin antes pensarlo dos veces.

—Hürrem Sultan no es tan despiadada.

—¡Por qué eres tan ingenuo, hijo mío! —interrogó desesperada, llorando— ¡No vayas!

—Es una orden directa del Sultán.

—Puedes decir que estás débil porque te heriste durante una cacería. —sollozó.

—Es que ya acepté ir.

—¡No permitiré que te muevas de Amasya! —miró a sus sirvientes aún lágrimas en los ojos, indicándoles que devolvieran todo a su lugar original. Aunque su orden no fue cumplida ya que su hijo exigió lo contrario.

Y sintió el calor corporal de su único hijo varón alrededor del suyo; la estaba abrazando, y también con lágrimas resbalándose por sus mejillas. Alguien se les unió, siendo la otra hija de Mahidevran: Raziye Sultan.

—Hermano, por lo que más quieras, no te marches no nos dejes sola. —suplicó— Es una trampa de nuestra malvada madrastra.

—Ella me juró que no haría nada amlo.

—¡Sus juramentos no valen nada!

—¡Esa víbora solo favorece a los suyos!

—No hagan esto más difícil, por favor.

—Oh, sí que lo haremos. —dijo la pelinegra en un hilo de voz— ¿Verdad cuñada?

La amada del Şehzade hizo su aparición en la habitación, llorando ya que al igual que su suegra y cuñada sabía el destino que el heredero no imaginaba.

Se arrodilló y abrazó al hombre por las piernas, rogándole que no se fuera porque nada bueno le sucedería estando allá.

Que testarudo era Mustafá. ¿Por qué no quería creer en las palabras de las tres mujeres? ¿Qué tan ciego estaba? Ni Gülbahar, ni Raziye, ni Rümeysa conocían el nivel de ceguera del Şehzade.

Solo les quedaba rezar por su bienestar, eso era lo único que podrían hacer.

[🌿]

—¿Cuándo regresará papá? —preguntó el pequeño Príncipe, sin saber que acababa de dar en el talón de Aquiles de su abuela.

Raziye que había notado la incomodidad de su madre, rápidamente contestó que dentro de poco tiempo, debía esperar por noticias suyas.

🎉 Ai terminat de citit 𝐅𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐈𝐀. 𝑚𝑎𝒉𝑖𝑑𝑒𝑣𝑟𝑎𝑛 𝑔𝑢𝑙𝑏𝑎𝒉𝑎𝑟 🎉
𝐅𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐈𝐀. 𝑚𝑎𝒉𝑖𝑑𝑒𝑣𝑟𝑎𝑛 𝑔𝑢𝑙𝑏𝑎𝒉𝑎𝑟Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum