Capitulo 76

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"Sí, hay una manera. Pero es un método que la Señora Beolde nunca podrá usar".

Haz 100 buenas acciones. Esa buena acción debe ser reconocida por lel adivino.

Incluso en esas condiciones, no se atrevió a manipular a Beolde, el adivino estafador era una persona con una inocencia que no le convenía en absoluto.

Se limitó a entregar la autoridad de la maldición a cambio de que ella pasara por alto su existencia sin ninguna prueba.

Además, piensa que ella no puede hacerlo'.

¿Qué clase de monstruo creía que era Beolde?

Hasta ayer, Dalia tenía la intención de aprovecharse de su inocencia y resolver la maldición de Beolde de buena manera. Pero ahora ha cambiado de opinión.

Ella utilizará estas 100 buenas acciones tenazmente.

Con esa determinación, Dalia realmente gimió de dolor.

Entendía por qué la gente en el pasado enfermaba y moría sólo por encontrarse con un tigre.

Beolde era literalmente una bestia. No era una fuerza que la gente común pudiera soportar.

Afortunadamente, había una cama en el cuarto piso porque era una posada renovada. En una pequeña habitación, Beolde, Meldon y Wayne se reunieron y rodearon a Dalia, que estaba tumbada en la cama.

Parecía alguien en el lecho de muerte al que le quedaba poco tiempo de vida.

Dalia trató de ahuyentar a alguien con los brazos extendidos, pero se decepcionó cuando se dio cuenta de que no había nadie a quien perseguir.

"¿Es eso......verdad?"

Beolde rodeó una silla y se sentó hacia atrás. Luego, puso las manos en el respaldo de la silla y enterró la cara.

"No, es mentira".

"¿De verdad?"

"En realidad, mentí cuando dije que era mentira".

Fue la primera vez que Dalia se dio cuenta de que era una persona tan mala. Sonrió mientras miraba a Beolde.

En ese momento, el respaldo de la silla que sostenía Beolde se convirtió en polvo en su mano.

"......."

Dalia borró su sonrisa y se volvió hacia el techo como si hubiera visto algo que no debía ver. Como era de esperar, es mejor hacerlo con moderación.

Beolde se levantó del asiento mientras se cepillaba el pelo.

"Maldita sea. Voy a organizar mis pensamientos".

Dio una patada a la silla en la que estaba sentada por el enfado y salió de la habitación. La parte de la silla donde se sentaba Beolde se derrumbó.

Ahora sólo quedaban Wayne y Meldon en la habitación.

Wayne se arrodilló junto a la cama de Dalia con una mirada miserable.

"Lo siento, señorita. No pude cumplir mi orden de protegerla".

"......No, está bien".

Fue culpa de Dalia por subestimar a Beolde.

En lugar del aparentemente inútil rasgo de la "anulación", Beolde era excepcional en todos los aspectos.

Era increíble que consiguiera llevar a la gente al borde del desmayo sólo con su fuerza. ¿Es un ser humano? Una bestia. Un gran oso. Un maldito oso. Dalia volvió a criticar por dentro.

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