T/n
Empecé a gritar de emoción cuando leí que me habían aceptado en un laboratorio nacional en Washington para hacer mi internado de último año en la universidad.
Mis padres, amigos, primos, y todos los que se enteraron ese día me felicitaron.
Llamé a Hailee.
—Holaaa, qué pasó?—su voz siempre sonaba feliz.
—Tengo una gran noticia!
—Cuál?
—Iré a trabajar en un laboratorio en Washington, será un internado pago!
—Wow!! Estoy muy orgullosa de ti, vas a celebrar?
—Bueno, si pero lo haré ahora.
—Qué? Ushh me gustaría estar ahí, pero cuando llegué en cinco días, vamos a celebrar!
—Me voy en dos días. No te voy a poder esperar.
—Esta bien, pero te puedo visitar en Washington?
—Supongo que si, no sé cómo funciona el programa del internado.
Ese día celebre con mi familia y amigos, y Hailee me envió una canasta llena de Globos gigantes que decían "Felicitaciones".
...
Hailee
Llegue a casa, e intente llamar a t/n. Pero no contestó.
T/n:
Estoy en la zona de clasificados del laboratorio.
Y aquí no puedo contestar llamadas. Lo siento.
Te contactaré apenas pueda.
Hailee:
No te preocupes
, te escribo luego.
Me gustaría que me hubiese contactado pero no lo hizo durante un semana. La estaba extrañando...y mucho.
Quería saber si estaba bien, si había comido, si había hecho nuevos amigos, si estaba durmiendo bien...me preocupaba más de lo que me imagine.
Y me di cuenta de las ganas que tenía de verla cuando hicimos vídeollamada.
—Qué pasa Steinfeld!?
—Heey! Te ves como una científica!
—Ah por la bata blanca? La verdad que no le veo el uso, pero es como el uniforme aquí.
—Te queda bien.
—Gracias, y cómo haz estado?
—Extrañando a una de mis mejores amigas! Y super ocupada con proyectos nuevos. Y tú?
—Ocupada aprendiendo todo lo que tengo que hacer aquí, duermo muy poco.
—Si se ven tus ojeras, pero te siento feliz t/n.
—Ohh si, no sabes todas las cosas geniales que hago aquí, no las puedo decir porque firme un contrato, pero es todo genial!
Entonces vi a una chico que de la nada llego y le dio un beso en la mejilla a t/n, ella solo se sorprendió y él empezó a reír mientras se iba.
Me incómodo, me molesto.
—Quién es él? Tu novio eh?—pregunté fingiendo qué no me había importado.
