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Conocer la diferencia que había entre nosotros, solo hizo crecer aquel sentimiento de importancia. Porque
compartía algo más con él, ya no solo era mi salvador, sino también mi confidente, su confidente. Era el
único con el que él podía relajar. Bajar su guardia hasta lograr dormir a mi lado, sin temer siquiera a lo que podría traernos el futuro.

Wei Ying, como se presentó al despertar, odiaba el tiempo. Por lo largo y aburrido que podía ser, por lo
doloroso que se convertía cuando veía como todas las cosas pasan a su lado y él continuaba estancado.

Viendo como todos continuaban sin notar como él se quedaba atrás, como sus ojos gritaban que lo esperaran, que sostuvieran su manos, que lo entendieran, pero solo verían su brillante sonrisa, y nada más.

De manera irónica sus amigos, quienes prometieron seguirle, lo dejarían; sus hermanos, serían felices en esta vida, mientras Wei Ying observaba, mis recuerdos sobre lo que fue mi vida, y lo que era en este momento, quisieron ser cambiadas para estar junto a él.

En mis pensamientos solo estaba la posibilidad de darle esa esperanza que en aquel entonces me regaló, esa que me hizo continuar, me gustaría regresársela el doble. Pero, las ideas para crear algo como eso, no
hicieron aparición en mi mente, y solo logré balbucear a su lado. Quería gritarle que estaba a su lado, que
podía ser su pilar, un hombro en el que podía llorar, o solo convertirme en su comida, cualquiera cosa para estar a su lado.

Incluso sabiendo como sería todo al final, frente a mí, en ese atardecer, en el borde de la azotea, Wei Ying vuelve a reafirmar que no importaba el dolor, sino las experiencias que se acumulaban como recuerdos en
su mente, rebobinándose cuando se sintiera solo.

"¿Puedo estar a tu lado? No te molestaré, solo... solo quiero ser tu compañía ¿Aceptas?"

La expresión relajada de su rostro cambió a una más seria, dejando a la vista aquel tono titubeante entre el
negro de la noche y la viscosa sangre, solo observándome, Mientras que una parte de mí, la temerosa,
temía que llegara un rechazo de su parte, eso sería peor a que morir en sus manos.

"Te puedo matar, ahora" Tomó con delgada mano mi cuello creando presión en mi tráquea, cortando
cualquiera flujo de oxígeno. No me defendí, aun cuando mi cuerpo doblara al suyo en fuerza y altura, no
lo hice. Wei Ying no era una amenaza para mí.

"Eso... también esta... bien"

El rojo viscoso en sus ojos desapareció, solo para darme la oportunidad de ver nuevamente, su pupila oscura, luego vino su cuerpo cayendo sobre mi pecho, mientras reía con fuerza. Lo dejé ser.

Hacia mucho que no lo veía, y una cercanía como esta, era como estar en un sueño, simplemente olvidar la realidad a su lado parecía ser lo mejor. Lo más adecuado.

"¡Eres extralo, solo bromeaba!" Dijo aun riendo, mientras creaba línea imaginarían encima de mi sudadera, dejando un cosquilleo a su paso, pero se detuvo, poniéndose de pie se despidió "¡Nos vemos! Y ¡No te tires al menos
que este a tu lado!"

Desapareció, y con eso la poca cordura que le quedaba a mi mente, explotó junto a los latidos de mi
corazón.

El Recuerdo En Sangre Fría, NingXianUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum