- ¿sabes? Tú no estabas en mis planes. - el viejo toma mi rostro entre sus manos con firmeza.

- Pero el jefe de la mafia italiana ofrece una gran recompensa por llevarte viva a sus pies. - me detalla con la mirada.

Aparto mi rostro bruscamente, le escupo en la cara, me fulmina con la mirada dándome un puñetazo.

- A la diabla le gusta jugar rudo ¿eh? - toma mi cabello tirándolo hacia atrás con firmeza, gruño.

- Soy masoquista para algunas cosas. - digo lamiendo mis labios provocándolo.

- No intentes seducirme, soy bastante inteligente. - me observa fijamente con esos ojos verdes oscuros. - hago un puchero falso.

- No lo parece. - sonrió, aprieta la mandíbula.

- Señores, diviértanse un rato con esta insolente. - se dirige a los hombres atrás del.

Se levanta tomando a la perra traicionera de la cintura, saliendo del lugar.

Fijo mis ojos en los cinco hombres que recorren sus ojos por mi cuerpo con perversión.

- ¿Quién quiere morir de los primeros? - pregunto, comparten miradas entre ellos.

El más alto de ellos se acerca para pegarme un puñetazo, escupo la sangre de mi boca asesinándolo con la mirada.

Me golpean sin parar en diferentes partes de mi cuerpo, intento defenderme pero los malditos ajustan los amarres para que no pueda soltarme.

Observo que traen un pan añejo con agua dándoselo a la chica en la jaula, los hombres conversan entre ellos, soltando pésimos chistes.

- Ten, debes tener hambre. - dirijo mis ojos hacia la chica que me extiende un pedazo de pan, le sonrió.

- Esa perra no comerá nada, así que o te alimentas o también mueres de hambre. - dice uno de los sujetos dirigiéndose a la chica.

Baja la cabeza comiendo en silencio, los sujetos se van dejándonos solas.

Mis ojos me pesan, huelo a sangre y tierra, me duele todo el cuerpo, y tengo unas ganas de matar a todos.

- ¿Cómo puedes soportar tanto? - pregunta la chica junto a mí.

- No lo sé, supongo que nací para esto. - me encojo de hombros.

- Usted es muy fuerte, es como la diosa de la guerra. - sonrió

- Duerme niña. - ordeno. - debes descansar para tener fuerzas.

- Buenas noches. - la ignoro cerrando los ojos.

Corro por el salón de mi antigua casa en Canadá, mi hermano corre atrás de mí como si fuera un zombie.

- Te voy atrapar enana. - grita atrás de mi.

- ¡No, porque yo voy a ganar! - grito entre risas.

Trato de evadirlo pero me termina agarrando por la cintura, estallo en carcajadas, me tira al sillón haciéndome cosquillas.

- ¡Noooo! Para. - digo sin parar de reír.

- Te voy a golpear. - advierto entre risas

- Niños no jueguen así. - nuestra madre se dirige a nosotros.

Me suelto de los brazos de Klaus, y corro hacia mi madre abrazando su pierna.

- Mami, una hermanita o hermanito podríamos tener, así podríamos jugar....imagínate tener una hermanita.

peligrosa cercaníaWhere stories live. Discover now