Sin darle mucha importancia me acerque más a mi madre pero... Su figura empezó a distorsionarse de una manera grotesca, su cuerpo se desvanecía mientras yo luchaba contra la recién creada corriente entre mis piernas, el nivel del "agua" subía a la vez que mis intentos se hacían mas fuertes y constantes.

—Por favor, por favor no te vallas —rogué como pude

Me estaba desgastando, sentía como mis músculos me traicionaban mientras poco a poco llegaba a ella (o lo que quedaba de ella), cuando al fin estuve a unos pasos me tire para alcanzarla pero cundo estire los brazos caí al suelo. Ella ya no estaba.

—Prometiste que nunca me dejarías, cuando solo éramos nosotros dos, cuando aun te tenia —las lagrimas corrieron como si de una maratón se tratase, intente recomponerme dándome cuenta que ya no había más agua alrededor. Solo una figura aun borrosa al lado mío.

Lo mire extrañado, asustado y aun con lagrimas en mis ojos. Aquella figura parecía mirarme con... ¿Pena? Aun estaba confundido, aunque eso era normal en los sueños ¿No?

—¿A donde se fue ella? Pregunte con las fuerzas que me quedaban.

Aquella figura no se inmuto, parecía querer reaccionar pero algo se interponía. Impotencia. Entre confusión escuche una voz.

—Callum...

—¿Fuiste tu?

—Callum...

—¿Quien eres? —no entendía de donde venia esa voz, claramente no eran de el pero...

—¡CALLUM!

Me desperté en seco, tenia sudor y mucho cansancio pesé a haber dormido mis ocho horas. Encima mío se encontraba el origen de aquella voz.

—Callum, hasta que al fin despiertas, tenemos que comer e ir al colegio —dijo con una emoción casi contagiosa.

—Que h-hora es... —dije entre un bostezo.

—Las seis y media am —dijo tan tranquilo que por un momento pensé que era normal.

—¡¿Las seis y media?! —oficialmente ya había quemado hasta la ultima de mis neuronas —¿Por que me despiertas a esta hora? ¿Acaso no tengo derecho a una buena sesión de descanso? —le cuestione aunque por dentro sabia que me había salvado.

—Ya te dije, tenemos que ir al colegio y también quiero encontrarme con Rayla —dijo casi brincando de la emoción— ojala no se vaya temprano, así podremos jugar de nuevo

—Así que de eso se trata, Ez ¿Acaso no tienes como 14 compañeros de aula para jugar? —pregunte mientras me bajaba de la cama y sacaba mi ropa del armario.

—Ya te dije que ellos son aburridos, aparte ¿De que hablabas mientras dormías? —su pregunta callo como un cubo de agua helada, ya casi había olvidado aquella pesadilla— bueno, al menos no balbuceabas con mantequilla de maní de nuevo— dijo y no pude evitar sonrojarme pero también reírme, el usaba mucho ese chiste conmigo.

—Ya te explique que algún día nos sentaremos y te contare cosas importantes de la vida —lo comente dramatizando y exagerando todo.

—No sabia que para mi vida eran tan importantes los sandwiches de mantequilla de maní —remato mientras se dirigía a la puerta— papá y yo te estaremos esperando abajo.

Sonreí ante tal acto mientras me cambiaba y lavaba, cuando termine baje por las escaleras y desayune (extremadamente temprano para mi gusto). "Este día sera interesante" pensé.

Profesores iban y venían mientras yo lo único que lograba hacer era disimular atender puesto que mi mente ya se encontraba en mi siguiente dibujo, un retrato de alguno de mis compañeros. Me mantuve pensativo en busca de alguien nuevo, ya estaba algo cansado de dibujar a las mismas personas. El timbre sonó anunciando el receso mientras yo aun estaba inspeccionando el aula, rendido empecé a guardar lo poco que tenia sobre mi pupitre dándome cuenta que ya me encontraba completamente solo.

NUNCA TE DEJARE SOLAWhere stories live. Discover now