―Señorita. ―Uno de los empleados se acercó a ellos―. Señorita... ¿Ivette? ―preguntó el chico. Ella lo miró con cara de pocos amigos. No es que no le gustara su segundo nombre, sin embargo, la mayoría de sus conocidos la nombraban utilizando su primer nombre, Claudia, Clau; pero casi nunca Ivette.

―Sí, soy yo, pero dígame Claudia ―sugirió. El hombre la miró y observó su tableta, revisando su nombre.

―¿Señorita Claudia Ivette? ―Eso era aún peor, solo su madre y su amiga la llamaban por su nombre completo cuando estaban molestas con ella. Al percatarse de su reacción, Daniel no pudo evitar una risilla, que intentó ocultar, llevando la mano al rostro.

―Si ―contestó ella, no dispuesta a entrar en una discusión con el chico.

―Sígame por favor ―Claudia miró a Daniel, quien, con un gesto de ánimo, se despidió de ella.

―Gracias ―contestó Claudia, solo articulando los labios, mientras seguía al chico.

El empleado, condujo a Claudia hasta un salón, que tenía un enorme espejo en un extremo, con una mesa al centró.

―Espere aquí, por favor ―pidió el chico antes de salir.

Claudia dejó su bolsa sobre la mesa y se acercó curiosa al espejo. Palpó la superficie, mientras pensaba si sería como en las series policiacas donde hay alguien detrás del espejo observándola. Sonrió ante tal idea, desde luego que aquello no era un interrogatorio, así que tenía que descartar la idea. Quizás solo era parte de la decoración. Extendió su palma sobre la superficie.

~Siwon~

―Entonces ―comenzó a decir Kyu mirando interrogante a Siwon―. ¿Debo preguntar algo en particular?

―No. Lo de rutina.

―De acuerdo.

―¡Ah! Lo olvidaba. Llámala solo Claudia ―Kyu frunció la frente―. No le gusta que la llames por su segundo nombre.

―¿Algo más? ―masculló con ironía―. ¿Quieres que le lleve café?

―¡Kyu! Esto es importante, solo... por favor, ¿quieres?

―Ya entendí. Pero... ¿Tú hermano está enterado de quien es ella?

―No y no debes decirle.

―Me lo imagine ―murmuró ajustándose las mangas de su saco.

―Date prisa. Ella odia esperar ―Kyu puso los ojos en blanco y salió de la oficina.

―Estás loco, Siwon ―dijo negando―. Y esta es una mala idea y no digas que no te lo advertí.

Esperó que saliera Kyu y se coló en el pequeño espacio para observar la entrevista. Ella estaba mirándolo con curiosidad. Al verla colocar su mano sobre la superficie, se acercó también e imitó su movimiento. Estaban uno frente al otro, ella desde luego no lo sabía, pero Siwon no pudo evitar sonreír al pensar en lo cerca que estaba de ella. Comenzó a estudiar cada uno de sus rasgos. Habían pasado años desde ese último desafortunado accidente que la alejó de él. Se alegró al descubrir que era la misma chica que había conocido desde la secundaria, seguía manteniendo sus rasgos faciales. Era tal como la recordaba o quizás más hermosa. La madurez le sentaba bien.

La puerta en el salón donde se encontraba Claudia se abrió y Kyu Hyun apareció. La miró y ella regresó hasta la mesa.

―¿Señorita Claudia? ―preguntó con expresión seria y se cuestionó si hizo bien en asignarlo a él. No era una mala persona, pero no gustaba de andar con cosas poco profesionales. Aunque tambien era su amigo y no se negó a ayudarlo.

―Si.

―Por favor tome asiento ―pidió. Ella se acomodó sobre la silla que quedaba justo frente a él.

Aquello no era más que un mero trámite, sus planes desde el inicio, eran contratarla, aunque tenía que seguir los procedimientos para que no sospechara nada. Ya que si ella lo seguía odiando como recordaba, no querría ni verlo en pintura.

A su costado la puerta se abrió y su hermano apareció. ¿Qué hacía ahí? Se preguntó, mientras este se situaba a su lado.

―¿Qué opinas? ―preguntó observando a través del cristal a Claudia. Siwon lo miró de reojo, le molestaba el entusiasmo que mostraba por ella.

―¿Respecto a qué? No está aquí por su cara bonita, lo que deseo es ver si tiene la capacidad que se requiere ―contestó evitando responder la pregunta y al mismo tiempo recordándole que no pusiera sus ojos en ella.

―No estoy diciendo otra cosa. Pero ya sabes, la primera impresión siempre es importante.

―¿La conoces? ―cuestionó de forma casual, como si no le importara.

―Algo por el estilo ―contestó Daniel, sin entrar en detalles. Contarle a Siwon que ella era la razón por la que se había retrasado el día de su llegada, probablemente no era buena idea. Deseaba que ella consiguiera el puesto por mérito propio, pero también quería evitar que su hermano tuviera una opinión equivocada de ella―. Pero te aclaro desde ahora, que no es de mis mujeres, te lo puedo asegurar. ―Siwon se volvió hacia él y lo miró escéptico. Aunque de sobra sabía que Claudia jamás se prestaría al tipo de relaciones que gustaba su hermano y era solo por ello que no montaba una escena exigiendo respuestas.

―¿Seguro? No quiero sorpresas, ni chismes en la editorial.

―Si. Esa chica es distinta, descuida. ―Eso alivio un poco a Siwon y al mismo tiempo aumento su preocupación. ¿Por qué si era distinta su hermano lucía tan entusiasmado con ella?

No es que ella fuera fea, para nada, pero no era una belleza despampanante como las que gustaba tomar y luego cambiar. Así que no encajaba en el molde y no deseaba que lo hiciera.

―No estoy seguro de si eso debería preocuparme más.

La sonrisa de su hermano heló su sangre, eso no era nada bueno, porque Daniel lucia como el gato que estaba por comerse al canario o en este caso a la conejita. Su conejita.


Enamorando al EnemigoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ