Segundo libro trilogía: Dioses Terrenales.
"Y en la noche en la que cayeron los dioses un gran estruendo se escucho en los cielos, como si el Olimpo se revolcara en furia o mar Egeo sus aguas secara de desesperación, porque el día en que los dioses...
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Hospital central militar, Pearl Harbor. Hawái.
Tara
Caos.
El caos volvió a tomar el control tras mis palabras. Se gritan, empujan. Las chicas impiden que los Alpha entren a la habitación. Todos están en caos, todos, menos él.
Siempre fue el mas centrado de todos, o eso decía mi padre, el mas maduro, y puede que quizás solo quizás tuviera razón. Explotaba solo en los momentos menos indicados, con las tontearías mas estúpidas y supongo que tiene prioridades bastante diferentes a las mías.
Ahí esta mirándome con tranquilidad, y me regaño a mi misma por desear o esperar que creara algo de caos de por mi.
El cabello revuelto, un poco más largo. La barba algo descuidada. El uniforme militar en absoluto negro se adhiere al tan trabajado cuerpo como una segunda pie, o como si no fuera suyo. Mas se ve brutalmente guapo.
«¿Black?» escuchó la voz Red a la distancia pero mi atención se niega a apartarse de él, he soñado con esto, cada día en el que me he permitido dormir.
¿Es este un sueño de que despertare al amanecer?¿Me espera el indescriptible sol del alba de Baggram para mi ritual matutino? Despertare y todo habrá sido un sueño. No puedo evitar divagar, no puedo evitar pensar que esto no es real.
Llevo un año entero asumiendo que esto no seria posible, no en esta vida y ahí esta, mirándome.
Hace lo mismo que yo. Mantiene el azul tormenta que ahoga mi alma desde hace un tiempo sobre mi como si intentara confirmar si soy o no una ilusión.
Los chicos forman caos en la puerta. Escucho la voz de Keoki que se revuelve a un llanto y la chillona pero tan agradable voz de Nathalia Arias.
Esto parece un sueño. Cierro los ojos. Me permito un segundo, disfrutando la sensación extraña de estar en casa. Mi hogar siempre ha sido un caos.
Solo un segundo —Tomo aire reconociendo el salado particular que tiene el ambiente en Hawai— pero este, ya no es mi hogar.
— ¡Joder debo revisarla! —Se queja Aron.
—Nadie toca a Black. —Hablan Red y Blue al tiempo.
Y eso no es del todo cierto, aun ahí un par de personas que tiene ese beneficio, el punto esta en que no sucede sin mi permiso y los que lo hacen suelen terminar inconscientes o con ganas de estarlo. Debo detenerlas antes de que causen un revuelo.
Mi intento de aclara la garganta se mezcla al dolor, la sed y a mi garganta completamente seca.
Me cuesta respirar y terminó tosiendo como consecuencia.
Mecánicamente mi manos buscan las placas en mi cuello. No están. Y eso solo empeora un poco el pánico instintivo que inunda mi cuerpo cuando respirar es cada vez mas difícil.
