FLOR DE INVIERNO [Yoongi AU]

O2: Camellia

    

Camellia Weiss se sentía físicamente agotada y mentalmente devastada. Lo primero a causa de la ansiedad que le producía subirse a un avión. Había pasado cada momento desde antes del viaje —y durante— en un estado de tensión que le dejó cada fibra muscular hecha polvo, pero no lo había notado hasta que finalmente se relajó al descender de la aeronave. Lo segundo, se debía en parte al estrés generado por el vuelo y también por el desafío que representaba dejar su vida en Alemania, para iniciar una nueva en Italia. No había sido una decisión que tomó a la ligera, pero eso no cambiaba el hecho de que se sintiera a la deriva y asustada por su porvenir.

Al bajar de la aeronave, esperaba que el agobio se disipase. Pero ni si quiera el clima lluvioso, que ella tanto le gustaba, logró distraerla del remolino de preocupaciones que crecían en su mente. Entonces, deseo encontrarse pronto con Namjoon. En sus brazos, se sentiría segura, él era la razón de que estuviese allí. Pero en cuanto llegó a la zona donde se suponía él estaría esperándola, entre la multitud de personas que aguardaban, no logró verlo. Lo primero que pensó fue que, tal vez, a causa de la lluvia se había retrasado, o su trabajo, que lo mantenía ocupado la mayor parte del tiempo. Camellia quiso llamarle, pero recordó que su smartphone se había quedado sin batería y no quería alejarse de la zona de desembarco para buscar un tomacorriente dónde enchufarlo, por temor a que justo él llegase a buscarla.

Se apartó a un costado y contempló al gentío, esperando verlo aparecer, ansiaba ver su rostro bonito, sus ojos verdes y su cabello castaño. Había pasado demasiado tiempo sin verlo, y deseaba abrazarlo. Apretujaba las tiras de su bolso de mano, nerviosamente. Su inquietud al no verlo crecía mientras veía a los demás pasajeros se estaban alejando de la sala. Atisbó los asientos y pensó en sentarse, esperaría a su prometido el tiempo que fuera necesario. De repente, en la sala casi vacía, notó a un sujeto que la miraba fijamente y alzó una mano pálida en su dirección ... Camellia apartó la mirada de él inmediatamente y se mordisqueo la esquina del labio inferior inquieta. Parada allí, sola, en un aeropuerto, no pudo evitar pensar en la cantidad de películas y documentales que había visto sobre tráfico de mujeres. El cómo las redes interceptaban chicas extranjeras y las metían en lugares horrendos, infrahumanos para usarlas hasta que ya no le sirvieran y luego desecharlas... Echó un vistazo hacia el sujeto y él avanzaba en su dirección... Ella frunció el ceño, miró a su alrededor buscando a otra persona... pero era la única.

—Hey— la llamó él. Ella se paralizó. No sólo por lo profunda que era su voz, sino porque se veía intimidante. El cabello oscuro le caía húmedo sobre la frente pálida y sus ojos oscuros y felinos, la observaban inexorables; su rostro también carecía de expresión. Era guapo, de facciones armoniosas y varoniles, pero eso no la inmutó. Camellia estaba atemorizada, repitiéndose que tal vez él era alguien que Namjoon había enviado a buscarla ¿Un empleado? No, se dijo. Sus prendas eran notoriamente costosas, y su apariencia demasiado casual y desenfadada ¿Un amigo, tal vez?

—Hola— lo saludó ella, temerosa.

Yoongi no se inquietó ante el escrutinio por parte de ella. Él también se había tomado unos instantes para para contemplarla. Como le ocurría, inevitablemente, cada vez que veía a una mujer—o a cualquier persona que captase su interés—. Ella tenía el cabello oscuro suelto y le caí cuán largo era sobre los hombros y hasta la cintura en suaves ondulaciones. Dos mechones enmarcaban su rostro ovalado y pálido. Los labios eran rosados, carnosos y definidos. Su nariz recta y sus ojos café. Era bonita, concluyó. Le pareció que tenía un aire de inocencia e ingenuidad impreso en su ser. También notó que, aunque intentaba ocultarlo, estaba asustada de él.

Y es que Camellia era algo paranoica y en ese momento recordaba que en las películas y documentales que había visto sobre tráfico de mujeres, un señuelo habitual para hacerlas caer eran los chicos atractivos...