CAPÍTULO XVI

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Gintoki comenzó a buscar la Jump para olvidarse del incidente, pero parecía que había llegado tarde, todas las revistas se encontraban agotadas comenzó a buscar en todas las tiendas de Edo, pero todas daban el mismo resultado y sólo había una tienda que no había revisado, la que se encontraba en la estación de trenes y a la que muy posiblemente Shinpachi había llevado a Kagura, conocía muy  bien a su colega, sabía que intentaría sacar a Kagura de Edo por ser un amanto teniendo como meta el terminal.

Al sospechar esto, no tenía animos de ir a comprar la Jump.

"Si soy cuidadoso no se darán cuenta de mí" pensó Gintoki yendo a aquella tienda poniendo todo tipo de excusas menos la preocupación que comenzaba a hacer acto de presencia en su corazón, tenía un mal presentimiento debido a lo cual aceleró al máximo deseando llegar a tiempo.

Y su preocupación se hizo realidad al ver a Kagura y Shinpachi atorados en un bote de basura en plena vía del tren, el cual estaba siguiendo su ruta yendo directo adonde estaban ellos. Gintoki aceleró a toda velocidad con el corazón a mil para restacarlos, logrando su objetivo a último momento al sacarlos de la vía con ayuda de su katana de madera y su gran fuerza.

Se detuvo unos metros más adelante pensando que hubiera ocurrido si se tardaba un poco más, dejó su motoneta a un lado para ir a encontrarse con Kagura y Shinpachi que habían podido liberarse debido a que el golpe de Gintoki con su katana había roto el contenedor.

Su mirada se dirigió a Kagura quien se encontraba enojada mirando hacia la otra vía del tren, Gintoki siguió su mirada para toparse con las Yakuza, sintió la sangre hervir a través de sus venas queriéndo matarlos pero se contuvo al ver que estaban temblando de miedo al observar la mirada asesina de la yato, ya no era necesario que el peliplata les diera una lección pues en un santiamén la pelinaranja se encontraba dándole una paliza a los Yakuza y arrancándole el cabello al jefe dejándolo calvo, Gintoki sonrió ante esa escena, pero su sonrisa cambió al recordar que tenía que comprar la Jump antes que se agotará por lo fue corriendo a la tienda y de milagro encontrándo una.

Gintoki sonrió mientras se sentaba al lado de Shinpachi quien estaba observando como Kagura se limpiaba las manos luego de darle la paliza de sus vidas a los Yakuza para luego dirigirse a ellos.

Gintoki la miró un momento para luego desviar su mirada a la Jump, estaba realmente preocupado por la pelinaranja ¿Cómo había terminado en esa situación? El enojo hacia si mismo volvió más fuerte y amargo apretó la Jump entre sus manos queriendo levantarse y pedir perdón a la pelinaranja frente a él, pero su orgullo nunca lo permitiría.

--Muy pronto vendrá el otro al terminal para que regreses a casa-- Mencionó Shinpachi felíz por la yato pero esta sólo lo miró indiferente.

--No puedo, no tengo dinero~aru-- fue su única respuesta mientras veía a su alrededor

--¿Acaso no te pagaban?--

--Sólo con comida~aru--

--¿Entonces dónde te quedarás?-- preguntó Shinpachi extrañado captando la atención del peliplata quien tenía una gran curiosidas.

--¿No es obvio?-- preguntó con una sonrisa tierna que luego se deformó en una terrorífica mientra golpeaba su puño contra la pared rompiéndo parte de ella --Con ustedes--

Tanto Gintoki y Shinpachi temblaron de miedo ante la fuerza de Kagura aceptando sin más provocando una sonrisa felíz por parte de Kagura

Gintoki se paralizó ante aquella acción, viendo ante sus ojos a la pequeña Kagura que conoció años atrás mientras le hacía preguntas acerca de todo, aquella pequeña niña  a quién le prometió que la cuidaría y nunca la dejaría.

Y sintió en su corazón aquel cálido sentimiento olvidado el cual ahuyentó cualquier rastro de soledad y tristeza que quedará aún en su presente, se sentía completo.

Sus labios se curvaron en una leve sonrisa. Retomaría nuevamente esa promesa, la protegería y estaría junto a ella por siempre aunque Kagura no lo recuerde.

Los ojos de Kagura brillaron al toparse con los de Gintoki y recordar el dibujo del ser greñudo dibujado en su cuaderno al cuál le tenía una gran nostalgia y estima e incoscientemente sonrió con toda su alma, sonrió mientras su alma reconocía a aquel peliplata aceptando también cumplir su parte de la promesa sin que Kagura conscientemente lo supiera.

~FIN~





NOTA:
Luego de tanto tiempo al fin puedo dar por concluida esta historia, muchas gracias a todos los que llegaron hasta aquí 😊

Yo te cuidareWhere stories live. Discover now