Primera Impresión.

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Eran las 6:00a.m y en las calles de Seúl habitaba una atmósfera fría y congestionada. Personas en las calles yendo a diferentes puntos de la ciudad, llegando a sus trabajos para hacer sus respectivos deberes.

Entre aquellas personas se encontraba Min Yun. Una chica de 18 años, proveniente de una familia sumamente poderosa y adinerada. Hablamos nada más ni nada menos que de los propietarios de una de las compañías más prestigiadas de Corea Del Sur. 

Samsung Electronics.

Aquella joven siempre estuvo acostumbrada a sobrellevar grandes responsabilidades gracias a su gran intelecto y habilidad en los negocios, es por esto que a su corta edad se consideraba el orgullo de la familia Min, por lo menos era esto lo que decía en las portadas de los diarios y revistas del país. 

Era caprichosa y perfeccionista en todo lo que hacía, incluso su apariencia física transmitía tales adjetivos. Para nadie era un secreto que su belleza física sobresalía sobre todas las cosas, no tenía grandes atributos pero bastaba con ver su cara angelical y pulcra para quedar flechado al instante.       

Pero a pesar de toda la experiencia empresarial que poseía, ella estaba consiente de que habían muchas otras cosas allá afuera que desconocía en su totalidad.

Min Yun.

-Namjoon, ¿sabes a qué hora quiere mi madre que esté en la empresa? -Pregunté a mi chofer logrando que apartara la vista del camino para dirigirla al espejo retrovisor encontrándose con mis ojos café.

-La señora Min me ordenó que la viniera a recoger después de que sus actividades académicas finalicen, señorita.

Asentí cordialmente con la cabeza antes de volver a clavar mi vista en la carretera de la ciudad. 

De esto se trataba mi día a día. Estudiar, sacar las mejores calificaciones y trabajar en la empresa familiar. Debo admitir que mi vida era extremadamente monótona con horarios debidamente estructurados y productivos, pero ya era parte de mí, era algo que de cierta forma me generaba paz. 

No podía pensar en algo diferente, tampoco me permitiría salir de mi zona de confort. Mi lema de vida era "si no mantienes todo bajo control obtendrás resultados mediocres"

-Ya hemos llegado señorita, que tenga un buen día. -Me sobresalté un poco en mi lugar al escuchar a Namjoon. -Recuerde que la prensa estará viendo cada uno de sus movimientos, y más ahora que es la imagen de la...

-De la empresa... -Lo interrumpo con algo de cansancio en mi voz. -Si, Nam, entendido. 

Me despido con alegría al salir del auto negro.

Entro a la institución pasando por la inmensidad de la entrada, caminando con paso firme sobre el camino pavimentado de la universidad mientras veía los hermosos jardines que se encontraban a mis lados. Era la universidad más grande y costosa de Seúl, por ende, estaba plagado de jóvenes como yo, con familias multimillonarias, la mayoría eran herederos importantes o simplemente eran hijos de grandes celebridades.  

Pero, aunque suene fabuloso y emocionante, era algo extremadamente estresante. Había mucha competencia entre nosotros por la reputación que debíamos mantener, constantemente teníamos que ser perfectos y falsos al socializar, era deprimente para muchos pero necesario para otros.

Al igual que mis padres, estoy estudiando administración de empresas, hace dos años descubrí que tomar las riendas de una empresa era mi pasión, siempre vi a mis padres día y noche esforzándose para sacar a la empresa adelante con dos hijas qué cuidar, ¿qué mayor inspiración que la de mis propios padres para encontrar mi vocación?

El Sadismo En Mis Manos. - KTH/MYGWhere stories live. Discover now