Capítulo II

300 16 3
                                    

Guía de citas para principiantes | Elizabeth

El tictac del reloj. El sonido de los cubiertos. El rumor del viento afuera. Estos fueron los únicos sonidos que escuché esta noche. Nadie se había molestado en pedir una explicación de lo que pasó hace seis días. Los chicos estaban callados. Ayer le dije a Meliodas que nos iríamos pronto, pero me dijo que no había necesidad y que podíamos quedarnos unos días más. Como las lesiones de Elaine parecen ser serias, decidí aceptar su propuesta de quedarnos. Pensé que éramos sólo una carga para ellos, pero no parecía ser así. Diane se estaba recuperando muy rápidamente. Quedaban algunas cicatrices, pero lo importante es que se recuperó. Mientras Que Elaine... Me preocupa mucho. Las heridas en la espalda y los brazos estaban sanando, pero el dolor en sus manos no quería detenerse. Después de comer, agarré todos los platos y los llevo a la cocina para limpiarlos.

— no es necesario, lo hacemos nosotros — me dice agarrando mi muñeca. Volteo mi rostro para ver quién me estaba hablando. Un chico bajo, con cabellos rubios como el sol y ojos verde esmeralda. Se trataba de Meliodas.

— es que... quiero hacer algo para agradecerles de todo lo que están haciendo por nosotras

El me sonríe dulcemente, después se pone atrás mío y coloca sus manos sobre las mías — en tu casa no haces muy a menudo los trabajos de hogar ¿verdad? —. Conduce mis manos a hacer movimientos circularles sobre el plato. Yo sonrojo rápidamente. Sentía mis mejillas arder. Se sentia tan bien esa calidez, como nuestros cuerpos chocaban y su respiro en mi cuello. — veo que aprendes rápido... — me dice para después alejarse un poco. Su voz es tan dulce y tierna.

— y-yo... osea... g-gracias — dije toda sonrojada, llevé un mechón de cabellos atrás de mi oreja

— te parecerá un poco extraño, però... queria pedirte un favor. Lo se, no nos conocemos mucho, pero necesito la ayuda de alguien más — pone una una mano detrás de su cabeza y mira hacia otro lado, parecía... ¿avergonzado?

— dime todo

— es que... hay una chica que... digamos que me gusta, però... no sé cómo decírtelo — noto que sus mejillas se tiñen de rojo. Probablemente esta pensando en ella ahora — King y Ban no saben mucho sobre este tema. Probablemente tu, ya que eres una chica, podrías darme consejos mejores que esos tontos

Se me escapa una risilla, el parece que se ofendió. Se estaba volteando para irse, probablemente pensó que me estaba burlando de el — claro que te voy a ayudar — afirmo con una sonrisa.

Se da de nuevo la media vuelta — ¿deverdad? G-gracias... — una sonrisa adorna sus labios

Después de eso, le di las buenas noches y me fui a mi habitación. Allí vi Diane y Elaine sentadas en sus camas. Estaban charlando tranquilamente... hasta que entré yo. Diane apenas notò mi presencia cambió de expresión y rodó los ojos. Al contrario Elaine me regaló una sonrisa y me invitó a sentarme a lado suyo.

— ¿de que estaban hablando? — pregunto mientras me sentaba

— nada de interesante... a Diane le gusta un chico — me explica la joven rubia

— ¿de verdad? ¿Estas enamorada?

La castaña hace puchero y me responde sin mirarme — probablemente...

Cómo nuestros destinos se cruzaronWhere stories live. Discover now