Capitulo diez [EDITADO]

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Narrado por Tessa Hemsworth:

No lo comprendía por más que lo intentaba, hacerlo era prácticamente imposible. Cuando bajé del coche de Kyle no solo no podía entender su comportamiento, sino que tampoco lograba entender el mío.

Había insistido mucho para que aceptara meterme en su mundo, para que no pusiera trabas cada vez que deseaba mostrarme algo de su vida, pero en cuanto había aceptado que lo que teníamos no debía contar con una explicación coherente él solo adoptaba esa actitud prepotente que me dolía. No entendía porqué, no esperaba encontrarle una respuesta lógica, pero que Kyle Stevenson ni siquiera se despidiera lograba retorcer mi estómago.

Nunca me había sentido así con nadie, y eso no solo me preocupaba, sino que comenzaba a aterrarme.

Entré en la casa sin permitirme mirar ni una sola vez sobre mi hombro, sabía que de hacerlo no dudaría en volver al coche e iniciar una discusión donde nuestros orgullos no permitirían que ninguno ganara. Si Kyle Stevenson era amenazante por naturaleza, yo lo era cuando me herían.

Y vaya que esa patada en el culo me había herido.

—¿Es quien debes proteger? —Voltee en cuanto escuché la voz de mamá detrás de mi y la vi parada junto a la puerta observando por la ventana. En cuanto me vio vi que sus facciones titubearon, pareció desencajada—. ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

Sonreí lo mejor que pude y me acerqué a ella para quitar un estetoscopio que llevaba colgando en el cuello. Cosas como aquellas siempre sucedían, su trabajo era a tiempo completo, al igual que el de papá, y nunca podían desprenderse por completo de la profesión que llevaban.

Esperar que mamá no cargara con algo del hospital era tan complicado como pretender que mi padre no fuera armado todo el tiempo. Podía soñar, pero no esperar que sucediera en la vida real.

—Estoy bien, solo un poco cansada. —El que presionara sus labios juntos me dijo que no me creía, y que no importaba cuan bien intentara mentir, tampoco lo haría—. Ayer te mentí.

Su sonrisa confirmó mis sospechas, nunca iba a poder mentirle a esa mujer.

—Me gustaría que dijeras algo que no sepa.

—No volverá a suceder —contesté—. Y esta vez no estoy mintiendo. Tengo que alejarme de él. Sé que dijiste que debía confiar en mi, créeme que lo hago, pero creo que me equivoqué en algún punto de todo esto porque me sacó de su vida como quien se despide de un compañero de jerga.

Esperé que mamá se quejara y me diera un discurso de todo lo que debía tener en cuenta por mi decisión pero parecía ser consciente de lo afectada que me había dejado Kyle Stevenson porque no dijo nada, sólo tomó mi mano y tiró de mi en dirección a la cocina. No tuve fuerzas para protestar, solté un suspiro y la seguí de cerca.

¿Quien me aseguraba que ella no tuviera las respuestas que necesitaba? Desde niña la había visto como mi propia mujer maravilla, aquella que podía contra todo y estaba alerta para sacarme de los problemas.

Aunque los problemas más graves que tenía de pequeña se resumían a no alcanzar alguna muñeca que Rose lanzaba sobre el ropero.

—¿Qué tal un café? No existe nada que un buen café no pueda solucionar. —Asentí para ver como besaba mi frente antes de comenzar a pasearse por la cocina—. ¿Alguna vez te conté que para mi también fue así de difícil?

—No —respondí—. Creo que jamás hablamos mucho de tus propósitos.

—Este propósito que tienes ahora no se iguala a ningún otro, la mayor prueba del universo justamente es poder lidiar con el lazo que los une. —Se movía con fluidez y armonía, como si nada en el mundo pudiera alterarla—. Por como te afecta este chico sospecho que es diferente a ti.

The boy in my dreams [EN EDICIÓN]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu