REMEMBERING III

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REMEMBERING III

No podía dejar por fuera a los que vinieron después que este yo.
Los que llevan la pesada carga de genes y malas costumbres.
Nací en la Clínica San Fernando. Debo haber sido como de los primeros llorantes y mocosientos nacidos ahí. Esto se debió a la influencia de los hermanos Carrizo: Aristóbulo (Tobito) y Herminio (Miño), primos hermanos de Carlos Pinza y entiendo también encargados de feliz vida y compañeros de tristeza. Lo digo porque nos trajeron al mundo a varios de los Patiño. Entiendo que Nelly también fue cómplice de este contubernio entre mi papá y los Carrizo.
Les tocó a estos hermanos la felicidad de traer a este mundo a este grupo patiñezco y también, con sangre, sudor y lágrimas, despedir a la Tía Marina.
You can't win them all.
No recuerdo los eventos que llevaron a que la Tía Marina brincara al otro lado del muro excepto por la extrema tristeza de mis papás y de Tobito y Miño y el maligno engendro que habitaba en su cuerpo. Así es la vida.
Tristán Luis Pinzón Patiño Carrizo Bernal "para servirles a usted, a Dios y a la Patria", nació un 16 de Enero de 1951.
Día aprobado por dos familias con iguales convicciones.
Resulta que el 14 de enero eran las fiestas de Antón y el 19 las de Ocú.
¡Qué problema! Debía nacer sin joder la fecha de Antón y sin joder la fecha de Ocú. Pues bien, DIEZ Y SEIS, después de que la abuela regresara de Antón y antes de que los Pinzones y Carrizones salieran a las fiestas de San Sebastián el 19. Nací, entonces, después de deliberaciones.
Este tratado ocurrió porque mi vía de nacimiento no era el normal.
No nací por vagina, nací por vientre, con todo y puñaladas y cuchilladas.
Pero aquí estoy. Golpeado y acuchillado, casi veinte y seis mil días después de ser apuñalado a este mundo.
Disfrutando, padeciendo, con días alegres a veces, tristes otros, con o sin dolores, con o sin placer, mucho amor y algunos odios, añorando del pasado y esperando el futuro, orgulloso de lo que tengo y triste por lo que me falta, agradeciendo lo que he logrado y añorando lo que no pude, con salud, y con falta de ella, con compañera de 40 años, con hijos y sus hijos, con amigos, con gente que ayudar.
¿Qué más puedo pedir?

(Pues pedí y conseguí mucho,
Poco después de los 27 y antes de los 29 encontré y me enamoré de mi compañera de 40 años.
Como la historia de Carlos Pinza, esta es de merecer cuento especial. Después de alginas riñas y trifulcas, aquí seguimos, tres hijos y seis nietos después. Cada uno con su historia, cada uno mereciéndose un capítulo especial. Prometo aburrirlos en el futuro.)

Listo para seguir o para parar.
Pues bien, vine a este mundo. Todavía hay foto a la entrada del Hospital San Fernando de este nacimiento.
Los veinte y seis mil días que siguieron traen muchos recuerdos.
Vivir en Avenida del Perú y Calle 30.
Mi cuarentena a los 10 meses en Maracaibo por la varicela. Créanlo o no, recuerdo las escaleras y el apartamento en al primer piso, a mano derecha de los Lovelace Patiño donde había ido a visitar con Doña Tecla.
Vivir en Las Cumbres desde los 10 meses. Herminia, tiempo, Herminia, tiempo, más tiempo. Amigos eternos de Las Cumbres, o más bien hermanos, vida, vida, familia, nueva vida. Muerte, vida.
Así fue mi vida.
Ahora aquí estoy queriendo ser bañado por lo que otros me cuenten. Quiero volver a disfrutar todos los momentos de alegría y abrazar a los de tristeza.
Esto es lo que soy y lo que les ofrezco. Amor, tristeza, abrazos, desánimos, lealtad y excepcional alegría de que estén conmigo,
Cruzaremos el muro, pero brincaremos de un lado a otro porque nos queremos y somos uno para todos y todos para uno.

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⏰ Last updated: Jun 22, 2020 ⏰

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