Capítulo 4

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Ya era más de media noche, habían pasado dos horas desde que encontraron a la bebé afuera en el frío sin esperanza. Todos los clientes se habían ido, las sillas estaban sobre las mesas altas. Los bancos estaban sobre la barra del bar y todas las botellas limpias y selladas perfectamente, como hacían todas las noches.

Las bailarinas comenzaban a desmaquillarse, quitarse pelucas, cambiar sus altos tacones por sus cómodos zapatos bajos. También cambiaban de atuendo. Pasaba de ser un sexy y sensual vestuario, a ser un cómodo conjunto para poder sentirse libre.

Las luces del escenario ya estaban apagadas, Holy y Aliss tenían que volver al camerino para hacer su misma rutina nocturna de todos los días.

A las dos se les había olvidado que la bebé seguía en el cabaret. Así que tan rápido como los demás abandonaban el lugar, Holy y Aliss se disponían a ir a donde se encontraban Xan y la pequeña.

Al abrir la puerta, lo primero que vieron fue a Xan, recostado en el sillón aterciopelado, estaba completamente dormido y tranquilo. Sobre su abdomen estaba la bebé, quien, también conservaba una mirada tranquila.

A Holy la enterneció tal escenario, lanzó un pequeño <<aww>> y caminó hacia el.

Aliss se había quedado en la puerta, con una sonrisa al ver a Xan tan vulnerable. Parecía el papá más lindo del mundo.

Holy lo movió ligeramente para despertarlo. Xan dio un saltito, miró a la bebé y después a Holy.

-¿Que hora es?- preguntó Xan entre bostezos.

-Son casi 12:45.- susurró Holy. Tomó aire y dijo- Xan, tenemos que llamar a la policía, no sabemos si ya la reportaron como desaparecida, si sus padres la están buscando o qué.

Aún que Xan estaba algo perdido por la siesta, logró comprender que Holy tenía razón. Asintió y, levantó lentamente a la bebé, para poder incorporarse en el sofá.

Aliss entró al camerino, ya estaba vestida con un conjunto deportivo y tenía el pelo atado en una coleta baja. A pesar de eso seguía con su cargado maquillaje. Holy si seguía con el "uniforme". Aliss sacó su teléfono de su bolsa, esta estaba en el suelo a lado del tocador. Marcó al 911 y en veinte segundos ya estaba comunicada con un operador.

-911 ¿Cual es su emergencia?.- respondió el hombre.

-Hola, buenas noches. Verá, tenemos aquí a una bebé... Amm...- a Aliss le seguía pareciendo sorprendente esto y le costaba contarlo.

No encontraba las palabras para hacerlo, así que puso el altavoz y extendió su brazo, señalandole a Holly que hablara ella. Holy rodó los ojos y habló.

-encontramos a la bebé afuera de la puerta, no traía nada de ropa y...-

-¿cuál es su nombre?- interrumpió el operador.

-Am... Holy Hanigan.- respondió.

Holy estaba de brazos cruzados, Xan seguía viéndolas sentado en el sillón, arrullando a la bebé.

-De acuerdo, señorita Hanigan, continúe.- dijo el operador, se oía que tecleaba.

-Si... amm...- titubeaba Holy.- Pues la encontramos en una caja sin más y, queríamos saber si ya la habían reportado como desaparecida o algo, no se...-

-¿Puede describir a la bebé, por favor?.- dijo el operador.

-Si. Es rubia, tiene ojos café claro. Miel, ojos miel.- corrigió y continuó.- es pues... pequeña, se ve que es recién nacida, no le calculo más de un mes.-

-De acuerdo, necesito saber su posición, mandaremos una patrulla.- dijo el operador.

-Amm... cabaret Rosé. Avenida Ceeling, la calle número 405, es el tercer negocio desde la esquina de la 407.

-Claro, ya va alguien en camino.- el operador no sonaba seguro.

-Ok, muchas gracias.- dijo Holy, más tranquila.

-Claro, señorita Hanigan, gracias por confiar en nosotros.- agradeció el operador.

Aliss, quien aún sostenía el teléfono, colgó. Los tres se mandaron miradas de preocupación.

-Bueno, ahora a esperar.- dijo Aliss. Después de eso, nadie dijo nada.

Los tres suspiraron. Xan volvió la mirada a la bebé para asegurarse de que seguía dormida. Aliss y Holy fueron a desmaquillarse y a que Holy cambiara de atuendo. En ese momento entró Richard.

-Me alegra que hayan llamado a la policía.- dijo rompiendo el silencio.

-Bueno, era lo que teníamos que hacer.- dijo Aliss viéndose en el espejo del tocador. Se estaba pasando una toalla desmaquillante por los ojos.

-¿Que dijeron?.- dijo Richard.

-¿No oíste? Van a mandar a alguien.- dijo Xan. Se enojó por lo que dijo Richard.

Richard frunció el ceño. Xan decidió salir del camerino para ir a la puerta principal y ver si algo pasaba.

Holy, quien seguía maquillada pero, con un conjunto de yoga y una chamarra deportiva, decidió ir detrás de él y seguirlo.




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