Seísmo castastrófico.

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La cena pre-boda no tardó en llegar en algún punto entre los arrumacos que Christian y yo nos procesábamos todo el día y la recuperación de Pitu.
Pese a que sabía que Pitu estaba un poco indecisa sobre lo que sentía respecto al bebé no pudo evitar llenarse de emoción cuando lo vio ayer en la ecografía. Y Christian...bueno, sé que será el mejor padre de todos porque ya lo es con Phoebe, pero también fue la primera vez que vio una ecografía donde su bebé era el protagonista.
Hemos zarpado y estamos izando velas rumbo al primer trimestre de mi embarazo. Aún nos queda una larga travesía, pero los tres estamos entusiasmados y vamos a vivirla juntos. Como una familia.
La mansión de los Grey brilla resultante y espectacular. Se nota que no han escatimado en gastos para agasajar a los invitados de la boda de su hija menor.
Luke detiene el Audi SUV en la entrada y Taylor se baja para abrir mi puerta y Christian me tiende su mano para bajar del coche y me dedica una sonrisa.

-Estás preciosa, nena -me dice acercándome a él y acariciándome el vientre.
Llevo un precioso diseño mío. Un vestido de seda estampada con terciopelo, de manga corta, entallado al pecho y cayendo hasta medio muslo donde una tira de plumas negras con sutiles detalles brillantes. Llevo el pelo ondulado y me han cortado el flequillo más corto.
Pitu y yo hemos pasado toda la tarde en la peluquería y nos ha venido genial disfrutar de un rato de chicas.

-Tú también, cariño.
Lleva un traje negro con una camisa blanca y una bonita corbata negra.
Me ofrece su brazo como un caballero y entramos juntos en casa de sus padres donde ya hay un montón de gente.
Grace no tarda en divisarnos y abrirse paso entre la gente para venir a saludarnos.

-Christian, Ana, me alegro tanto de veros -dice con un tono muy cariñoso y nos besa y abraza a los dos.
Está magnífica con un vestido azul eléctrico con mangas de encaje.

-Estás estupenda, Grace. Y muchas gracias por recomendarnos a la doctora Greene. Fue estupenda.
Ella sonríe y me acaricia el brazo.

-No hay de qué. Greene es la mejor, y quién si no seguiría el crecimiento de mi nieto -dice más bajito pero con una voz llena de ternura y una emoción incontrolable. Sus ojos brillan a duras penas conteniendo las lágrimas y Christian la abraza-. Es la cosas más bonita que haya visto.
Sonrío.

-Sí que lo es -dice Christian con esa sonrisa de orgullo que no puede borrar estos días.

-Por cierto, Ana, gracias por ayudar a Mia con todos los cambiaos que a hecho para la boda. Creía que estaba feliz con lo que planeábamos Dianne y yo para ellos, pero ella solo lo hacía para complacernos -dice suspirando y negando con la cabeza.

-Mia solo quería que no te sintieras desplazada, Grace. Es un placer ayudarla en lo que ella necesite -digo amable y ella me sonríe con cariño.
Me alegra que no se haya enfadado aunque sé que se llevó un disgusto.

-Mi hijo mayor -dice un señor de unos cincuenta años. Tiene un buen porte, se nota que se cuida. Tiene el pelo cobrizo y sus ojos grises como los de Christian y Proebe. Sé quién es al instante. Carrik Grey-. Y mi preciosa nuera -dice y abre los brazos para darme un beso en la mejilla y un abrazo.

-Señor Grey, es un placer conocerle -digo y él me sujeta de los hombros y niega con una sonrisa muy atractiva. Christian y Elliot han heredado su aura sensual, sin duda.

-Llámame, Carrik, por favor. -Sonrío-. He oído hablar mucho de ti, señorita y todo bueno.
Me sonrojo.

-Y yo de ti, Carrik.

- ¡Ana! -grita Mia detrás de mí y me da un abrazo.

- ¿Qué tal, Mia? -digo devolviéndole el abrazo.

-Estupendamente -dice con una radiante sonrisa.
Está fantástica, lleva un vestido rojo entallado hasta las rodillas con unos finos tirantes que resalta su pálida piel y su pelo rubio bien peinado a la altura de los hombros con las puntas hacia afuera.
-Hola, hermanito -dice y se abraza a Christian.

Corazones abiertos.Where stories live. Discover now