Capítulo 1

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Ashley PDV:

Siento algo duro en mi espalda. Me remuevo, abriendo lentamente los ojos y miro a mi izquierda. Mi hermosa cama. Había caído de ella en algún momento y terminé durmiendo en el suelo toda la noche. Genial.

Bufé, levantándome mientras sentía una punzada en la espalda.

-Mierda...- susurré y me dirigí al baño para tomar una ducha.

Salí del baño con una toalla en mi cabeza y otra enrollada en mi cuerpo.

Miré mi armario; era de madera, blanco. Lo abrí y tomé una pollera de jean roja que me llegaba hasta las rodillas, tenía unas finas cadenas que colgaban de la misma; una musculosa blanca que tenía escrito "Dead" en negro; mis converse blancas y una chaqueta de cuero negra.

¿Qué? Así me visto yo.

Bajé las escaleras ya vestida, entré en la cocina, buscando algo para comer.

-¡Marta!- grité, con los brazos abiertos de par en par hacia la señora de cabello cano.

-¡Mi niña!- gritó ella, dándome un abrazo.

-No me llames niña. Tengo quince años.- la corregí, cruzando los brazos sobre mi pecho, odiaba que me llamaran así.

-Lo sé, pero no puedo creer que ya estés en tercer año.- dijo, tomando mis manos.

-Esto es demasiado cursi…- solté sus manos, caminando hacia la puerta -¡Me voy!- grité y tomé mi patineta y mi mochila.

[…]

Había llegado al colegio hace unos minutos y, para pasar el rato, leía una novela policial, “El psicoanalista” sentada en mi lugar, que está al fondo del salón, al lado de la ventana.

Escucho el sonido de unos tacones, levanto la vista del libro y veo a las putas acercándose, genial.

-¡Miren quién llegó temprano a clases, la Mutante!- dijo Sophie, una de las zorras. Me llaman así porque mis ojos son violetas y la razón de eso es una mutación, se le llama “Síndrome de Alejandría”.

-A mí me sorprende que hallas llegado temprano,- dije con una pequeña sonrisa –creí que estarías en la cama de un extraño haciendo tu trabajo.

-Profesor,- ¿eh? ¿Profesor? ¿Cuándo llegó? -Ashley me dijo puta.- se quejó, con voz de víctima. Y para colmo teníamos biología, lo malo no era la materia, sino Christopher, el profesor. Un cara linda de veinticuatro años que se tiraba a sus alumnas y una de ellas era Sophie.

-Señorita Connor,- dijo suspirando –es el primer día y ya tengo que enviarla a detención.- ¡me cago en…! Tranquila, Ashley, tranquila, respira…

-No importa, me da igual.- respondí seca, intentando controlar el instinto asesino que crecía más cada segundo. –Después de todo, no tengo nada más interesante para hacer.

-Bien, toma.- dijo, extendiéndome un papel amarillo. –Cuando llegues a la sala…- no lo dejé terminar.

-Se lo doy al profesor que se encargue de vigilarnos, lo se.- había ido varias veces a detención, por lo que ya me conocía la rutina. Entrabas, le entregabas el endemoniado papelito al viejo decrépito, te sentabas en un lugar hasta que se duerma el “vigilante”, adelantabas el reloj y te ibas.

-Bueno, parece que conoces la rutina. – me guiñó un ojo. ¿Y a este qué mierda le pasa? No soy como las demás chicas.

[…]

Por fin terminó la clase. Ya era la hora del almuerzo y necesitaba ver a Jack. Fui hasta la cafetería, me senté en una de las mesas y, al ver que no llegaba, le envié un mensaje.

Para: Jack <3

Oye! Donde demonios te metiste? Estoy en la cafetería, apúrate!

Guardé el celular en mi bolsillo, el estómago me pedía comida, y rápido, así que fui a buscar mi comida. Cuando ya tenía todo, volví a sentarme en el mismo lugar. El aparatito vibró, lo saqué y vi que tenía un mensaje de Jack.

De: Jack <3

Algo me dice que estás de mal humor… ¿Qué ocurrió?

Me reí, este chico sí que me conocía, podía saber cómo estaba con tan solo leer un mensaje. Teclee rápidamente mi respuesta.

Para: Jack <3

Estás en lo correcto, no voy a preguntar cómo te diste cuenta -_- La causante de esto es Sophie ¬¬

Mi celular volvió a vibrar. Otro mensaje más, ¿cuánto tardaba en llegar?

De: Jack <3

Ash, parecemos idiotas. Estoy parado justo detrás de ti -_-

¿Eh? ¿Detrás de mí? Giré la cabeza y, efectivamente, él estaba parado detrás con una sonrisa.

Suspiré –Dime, ¿hace cuánto que estás ahí parado?- enserio, este chico no tiene remedio.

-Desde el segundo mensaje.- dijo con una sonrisa, se sentó enfrente y apoyó los codos sobre la mesa, dejando que su cabeza descansara sobre sus manos. –Ahora, cuéntame qué pasó.- saqué el papelito de mi bolsillo y se lo mostré. Soltó una carcajada. – ¿Qué hiciste? ¿Le dijiste “hola” y él te dio esto?- preguntó, al ver que en el espacio que iba el nombre del profesor decía “Christopher White”.

-Realmente no.- me miró confundido, esperando que siguiera –Solo le dije puta indirectamente.- dije mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.

Tapó su cara con una de sus manos, tratando de evitar que yo vea la pequeña sonrisa que se escapaba de sus labios. –Eres imposible.

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Hola!! Posiblemente aquellas que leen mi otra novela quieran matarme al ver que estoy escribiendo otra más XD

Agradecería que voten y que comenten qué les parece. Quería probar escribir otra cosa más, algo más en plan "cosas de la vida", así que ahí lo tienen.

Besos y abrazos (Gaaay) <3 <3

Más cerca de lo que creía...Where stories live. Discover now