Capítulo 2 - Incredulidad

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La reacción de los más jóvenes sinceramente me sorprendió, si me hubieran preguntado antes yo habría dicho que se reirían, o que empezarían a reprocharle la idea con total escepticidad; pero pasó lo contrario: ninguno hablaba, todos callados. Hicieron que la sala se fundiera con un silencio sepulcral, no de los cómodos, pero... tampoco incómodo, digamos que la palabra más cercana es paciente. Un silecio paciente.

Los menores cada vez más confundidos y consternados, estaban siendo taladrados por las miradas expetantes de sus padres, tíos y tías; nunca fuí muy bueno para entender emociones, pero todos se veían absolutamente confundidos y absortos en sus propios pensamientos; tal vez, tratando de encontrar alguna pizca de gracia en la cara de los adultos para ver si sólo les estaban tendiendo una broma. Una muy confusa broma. Al no lograr encontrar nada además de seriedad expetante en los semblantes de todos, aún más confusión llegó a sus cerebros.

Todo estuvo en silencio por unos diez segundos aproximadamente, pero si me preguntan, se sintieron como 10 años enteros; hasta que uno de los chicos, el mayor de todos, estaba recostado en el umbral que da entrada a la sala. Aplaudió, fueron unos lentos aplausos; sarcásticos, típicos de él.

Aiden hijo de Yill, su hijo mayor, el que inició nuestra segunda generación, tiene 17 años y suele ser muy... ¿Grosero pasivo?, Es decir: ignora casi todo a su alrededor, y es la persona más sarcástica que he conocido además de mi, claro está. Es muy inteligente y analizador, eso lo utiliza para formular respuestas de contra ataque inteligentemente insultantes.

—Buena esa, tía, pero... ¿crees que lograrás que nos traguemos esa historia de que ustedes son los magníficos libertadores de los multiversos? ¿cuantos años creen que tenemos, 7?—dijo en un tono suave y calmado; era como un insulto camuflado, un tanto impasible, como si tratara de guardar un poco de respeto a los mayores—. La única razón lógica que viene a mi mente como excusa "válida" para contarnos esta ridiculés es porque a Connor le va del asco en historia sagordiana—terminó señalando a Connor, su hermano.

—Didi—le llamó su madre con el apodo que le tiene desde que era solo un bebé—. Déjate de sarcasmos y escucha lo que van a decir, esto es serio; y no estamos aquí reunidos para soportar  tus caprichos de adolescente desinteresado. ¡Sólo escucha!, luego decides si creernos o no. ¿Está claro?—le regañó, con ese carácter típico de ella.

Recuerdo muy bien cuanto nos costó a todos converncerla de que se uniera al grupo, nos rechazaba, insultaba e ignoraba; siempre fue muy terca y sincera, te dice las verdades sin pensarlo en tu cara, y eso para criar a sus hijos ha sido tan positivo como negativo. Su marido no era muy bueno poniendo carácter, siempre era ella la que le llamaba la atención a sus retoños.

Aiden luego sólo rodó los ojos con una expresión de fastidio, pero se rindió y pasó a escuchar lo que Yill, su padre, tenía para decir.

—Muy bien, como decía. Sí, en efecto somos nosotros los que estamos aquí...—se le quebró un poco la voz, un momento de debilidad casi indetectablé pasó por Yill; sentimentalismo se reflejó en su cara y me lo contagió a mi, pero luego de un segundo lo extinguió para continuar su relato tranquilamente—. Fuimos los que iniciamos el movimiento de la guerra Sagordiana.

—Y si realmente son ustedes, ¿por qué  en clase no dicen sus nombres cuando se habla de los líderes de la guerra?—dijo una peliroja con pecas y ojos tan azules como el agua, tan parecida a su padre, tanto que aumentó la nostalgia que sentía en el momento. Hablar de este tema me estaba afectando más de lo que había imaginado.

—O, ¿por qué nadie dice o reconoce sus nombres?—preguntó otro pequeño castaño claro

—Pues la respuesta a eso, se las tengo—contestó Yill, dirigiendo la mirada hacia sus amigos, pidiendo aprobación. Todos asintieron dándole luz verde para hablar—, pero antes me gustaría decirles que esto se los contamos ahora, porque hoy es una fecha importante para nosotros.

»Saben que todos los 7 de septiembre, nos reunimos acá: a comer, jugar y hablar. Puede que ustedes piensen que es solo un día superficial que escogimos para reunirnos todos a compartir, pero la verdad es que hoy, 7 de septiembre y todos los 7 de semtiembre... tienen un valor muy sentimental para nosotros. Son dedicados a una persona muy especial para todos, pero de él hablaré más tarde, no quiero que su ego se infle tanto—dijo lo último como un chiste, que hizo que el resto de sus amigos ahogaran una corta y melancólica risa.

Las palabras de Yill además de causarme una sentimental risa, enserio me conmovieron;  llegaron a lo más profundo de mi corazón. Sé de quién está hablando. Lo único bueno que me quedó por hacer es acomodarme en mi asiento, secar las lágrimas que salvajemente salieron luego de lo que se acercaba a un discurso, y esperar a que siguiera hablando.

—Bueno, ya con todo esto aclarado, puedo empezar a contarles la historia—dijo, dejando una pausa media para darle intriga al asunto, cosa de buenos relatadores—. Y como toda historia, hay que comenzar por el inicio— concluyó, y los menores, ya a este punto miraban a Yill expetantes e irónicamente me incluyo, queriendo saber en que locas y peligrosas aventuras se habían metido sus padres.

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holiiii, ojalá te hayan gustado estos dos capitulos, soy Nathy por cierto, soy muy nueva en esto de la notas de autora y no tengo ni idea de que poner aqui😂 solo pongo palabras random esperando que sean medio decentes jiji, espero que sigas leyendo nuestra historia y les dejaré 3 datos random sobre mi lol

1. amo con mi vida los mangos pero odio con todo mi ser el jugo de mango

2. amo cocinar pero lavar platos es un infierno para mi

3. mi postre favorito son los roles de canela🤤🤤

bueno no olviden seguirnos en nuestros igs
@paolaflorezv30 y @nathysegovia_
los amamos❤️ bisous, nathy

Otnemyr - La Sociedad Secreta de SagordWo Geschichten leben. Entdecke jetzt