44. El Collar

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Aquí comienza "una semana de capítulos diarios" + "capitulos con el doble de palabras"

Capítulo dedicado a: LA-RUGGECONDA
Tqm por tus comentarios de amor-odio









Mackenzie






Miré nuevamente por la ventana, comenzaría a llover. Me di la vuelta y mire a Chris.

—Tenemos que irnos, lloverá—le avisé

—Podríamos dormir hoy aquí—solté una risa irónica en forma de respuesta

—Éstas de broma, ¿no?—negó sin rastro alguno de diversión—. No pienso quedarme aquí, esta sucio y no hay donde dormir.

—Podríamos ir a buscar bolsas para dormir, comida, ver películas en una computadora toda la noche. Los dos, juntos.

—No pasaré la noche aquí antes de que cumpla años—me negué con los brazos cruzados

—Solíamos dormir en la casa de quien cumpliera años.

—Podemos dormir en la casa de mi padre, ahora esa es mi casa—guiñe el ojo y él volvió a negar

Después de seguir un rato discutiendo, él terminó ganando. Pasaríamos una larga noche en mi antigua y abandonada casa.





[>>>]






Abrí la puerta nuevamente y dejé que Christopher entrará con todas las cosas que habíamos traído, bueno, no específicamente lo deje pasar. Él me había echo a un lado y entró con emoción a la casa.

Entre a la casa cerrando la puerta a mis espaldas, no me sentía del todo feliz al pasar una noche aquí.

A pasos lentos me acerqué a Christopher.

—Nos vamos a quedar en la sala de estar, es el lugar más limpio de la casa—dije de brazos cruzados, dirigió su mirada hacia mi y asintió ligeramente

Dejó las cosas en el suelo y me miró esperando algún movimiento mío, señalé la pequeña mesa con la mano. Asintió rápidamente y movió la pequeña mesa que se encontraba enfrente del sofá, no quería dejarle todo el trabajo así que acomode la colchoneta en el suelo. Al final habíamos decidido que sería mejor dormir en una colchoneta que en unas bolsas de dormir.

Acomode las colchas y las almohadas que habíamos traído, y como si hubiera trabajado mucho se lanzó a la colchoneta.

—Vamos, acuestate—habló con la mirada en el techo

—Yo...—el sonido de un trueno me interrumpió, justo había comenzado a llover—. De lo que nos salvamos, eh.

Le hice una seña para que se moviera y así yo poderme sentar a su lado. Obedeció sentándose a un lado sin dejar dejar de mirarme.

—Ahora si, a comer se ha dicho—dijo con emoción mientras tomaba la caja de pizza y la ponía enfrente de nosotros

Tome la caja entre mis manos y la alejé de él, me miro con el ceño fruncido reclamandome. Hace no mucho había comido, y ahora parecía que moría de hambre.

—Antes pon una película en la computadora, no pienso comer mirando a una pared—rodó sus ojos en respuesta y se dio la vuelta, saco de su mochila la computadora y rápidamente puso una película

Te Necesito ✔|| Christopher VelezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora