Inquilino (des)inesperado

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Dizzy le entregó a Uma el cuaderno. Ella soltó un bufido y tomó el cuaderno con poco interes. 

-¿Es este el monto?

-Los pequeños detalles que añadió Eve a tu vestido aparecen reflejados en la página 27. También un diseño nuevo que le agregó. ¡Tranquila, el vestido no ha cambiado! solo le agregó más majestuosidad para que te veas increíble.

Uma vio el precio y abrió los ojos en platos.

-¿Qué? ¿Por qué tanto?

-Actualmente las importaciones de materiales que Evie importaba del Reino de China se han terminado por... por eso - dijo Dizzy en voz baja - ha tenido que pedir otra clase materiales y la única de buena calidad es ese y a ese precio - aclaró con sinceridad. Se mostraba un poco preocupada - ¿Es muy caro?

-Un poco. Dile que coloque materiales más baratos, no me interesa mucho el cambio, pero que no se emocione de más.

Dizzy guardó el cuaderno de su amiga y luego miró hacia la ventana. En un rincón de la habitación con vista a la ventana abierta en donde entraba el viento cálido del venidero verano, un ave reposaba sobre un nido improvisado de mantas en vez de un pequeño posadero de madera natural que Uma había creado para un él. Cuando hace dos semanas había sido lastimado por culpa de una pelota de Tourning, la bruja se había encargado del herido casi que obligada. Cuando el hada madrina había anunciado que no podía usar la varita para curar al animal por... algo que ella no entendió pero que tenía que ver con no intervenir en el proceso natural de la vida (que tampoco entendía de cual proceso y cual intervención hablaba cuando ella era capaz de usar ratones y convertirlos en caballos) y en vez de usar su magia, aprendiera el bello arte de cuidar un animal indefenso como una tarea super-duper importante de Bondad 101. 

Tratar al herido no fue faena fácil.

El animal era arisco y un arrogante. No, arrogante no, demasiado impertinente para ser un animal. Cuando había despertado de su hechizo comenzó a aletear y a mostrarse tenso. Lo calmó y le dio comida pero este no lo aceptaba. Cada intento de la morena para tratarlo o alimentarlo los primeros dos días fueron difíciles. Al tercer día, empezó a aceptar lo que ella le daba pero no podía tocarlo y eso imposibilitaba la curación. Tenía un ala y pata lastimada, por lo que no podía posarse bien en ramas y menos volar, así que Uma lo tuvo en su habitación. El inquilino desesperante de Uma no solo le molestaba, sino que también a sus amigos. Cuando Gil quería tocarlo este empezaba a picotearle intensamente hasta que el grandulón no tenía más remedio que irse, mientras que ignoraba a Harry épicamente. 

Incluso Uma discutía con la lechuza constantemente y este chillaba en respuesta a sus reclamos. 

-¡Demonios!- dijo ella una vez irritada -Cualquiera diría que eres una persona en el cuerpo de una estúpida lechuza- 

El ave solo guardó silenció y se arremolinaba sobre el nido de telas suaves y cerraba los ojos. 

Esa era su rutina diaria, pero había momentos en que había un poco más. Cuando era de noche y Uma leía, la lechuza se acercaba a ella en brincos cuidadosos y se ponía a su lado curioso, mirando los libros con atención. Cuando retomaba Laberinto mágicamente esta iba a su lado y se colocaba en su regazo para ver las paginas cuidadas y limpias. Inconscientemente o bien porque se encontraba muy libre en esas noches solitarias cuando debía salir o pasarla bien alguna piyamada, ella le leía el libro como si fuera un niño pequeño. La lechuza se quedaba quieta, con su plumaje suave haciéndole cosquillas en su piel cuando su brazo le rozaba para pasar la pagina, y muy atento a la historia. Era como si él le entendiera, de alguna forma extraña. 

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⏰ Last updated: Apr 10 ⏰

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Puedo vivir dentro de ti (Jareth x Uma)Where stories live. Discover now