Twilight And Harry Potter crossover BL Luna Nueva (En Proceso)

Los Puntos

Carlisle fue el único que conservó la calma.

En el aplomo y la autoridad de su voz se acumulaban siglos de experiencia adquirida en las salas de urgencias.

-Emmett, Rose, llevaos de aquí a Jasper.
Emmett, que estaba serio por vez primera, asintió.

-Vamos, Jasper.

El interpelado tenía una expresión demente en los ojos.
Continuó resistiéndose contra la presa implacable de Emmett.
Se debatió e intentó alcanzar a su hermano con los colmillos desnudos.

El rostro de Edward estaba blanco como la cal cuando se puso enfrente para cubrir con su cuerpo el mío en una posición claramente defensiva.

Profirió un sordo gruñido de aviso entre los dientes apretados.

Sali de atrás de Edward y me dispuse a lanzarle un Desmayus a Jasper para que no diera pelea.

-Lo siento Jasper, pero ahora no estás abierto a diálogo, DESMAYUS!. Mi hechizo impacto en el pecho de Jasper.

Cayo rendido en cuestión de segundos.
Rosalie, la de rostro divino y extrañamente petulante, se puso delante de Jasper y ayudó a Emmett a sacarlo por la puerta de cristal que Esme sostenía abierta, aunque sin dejar de taparse la nariz y la boca con una mano.

El rostro en forma de corazón de Esme parecía avergonzado.

-Lo siento tanto, Harry -se disculpó entre sollozos antes de seguir a los demás hasta el patio.

-Deja que me acerque, Edward -murmuró Carlisle.

Transcurrió un segundo antes de que Edward asintiera lentamente y relajara la postura.

Carlisle se acerco a mi lado y se inclinó para examinarme el brazo.

-Toma, Carlisle -dijo Alice mientras le tendía una toalla.

Él sacudió la cabeza.

-Hay demasiados cristales dentro de la herida.

Se alzó y desgarró una tira larga y estrecha de tela del borde del mantel blanco.

La enrolló en mi brazo por encima del codo para hacer un torniquete.

Edward tomó a Teddy en brazos buscando calmarlo, aún seguía asustado de actuar de Jasper.

-Harry -me dijo Carlisle con un hilo de voz-, ¿quieres que te lleve al hospital, o te curo aquí mismo?

-Aquí, por favor -susurré.

-Te traeré el maletín -se ofreció Alice.

-Vamos a llevarlo a la mesa de la cocina -le sugirió Carlisle a Edward.

Caminamos a la mesa mientras Carlisle mantuvo firme la presión sobre mi brazo y me preguntó:

-¿Cómo te encuentras, Harry?

-Estoy bien -mi voz sonó razonablemente firme, lo cual me agradó.

El rostro de Edward parecía tallado en piedra.

Alice ya se encontraba allí.

El maletín negro de Carlisle descansaba encima de la mesa, cerca del pequeño pero intenso foco de luz de un flexo enchufado a la pared.

Edward me sentó con dulzura en una silla.

Carlisle acercó otra y se puso a trabajar sin hacer pausa alguna.

Edward permaneció de pie a mi lado, todavía alerta, con Teddy en brazos, aunque continuaba sin respirar.

-Sal, Edward -suspiré.