CAPITULO XVI--UNA PARADA EN EL CAMINO

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Sentí como el coche se detenía, no quise mirar donde estábamos todavía me sentía cansada y soñolienta por lo que seguí dormitando un poco más.

-Lüng tardare un momentito, no te inquietes

 --Muy bien pero dese prisa, sabe que no podemos parar cerca de donde haya gente

 --Si si, lo sé pero es que no me puedo aguantar mucho más

 -Vaya y recuerde no dar su nombre, es muy importante no dejar rastro de por donde pasamos .

 --No se preocupe no lo haré.

 Oí la puerta del coche cerrarse, los pasos de mama eran apresurados por la grava ya fuese que le surgía ir al baño o por la advertencia que Lüng acababa de hacerle.

 --Naiara, ¿Quieres ir al baño? No pararemos hasta que lleguemos al campamento y todavía queda un buen trecho.

 --OK. Así vigilaré a mamá de que no compre ninguna bolsa de aperitivos, es común en ella hacerlo.

 Me espabilé y fui a los baños de la cafetería mientras Lüng llenaba el depósito de la vieja furgoneta.

 El local estaba prácticamente vacío, solo tres de las mesas estaban ocupadas de viajantes como nosotros, una familia con dos niñas preciosas y rubitas, una de ellas la más pequeña dormitaba en el carrito de bebé, la otra jugaba con una pequeña muñeca de trapo mientras sus padres conversaban tranquilamente, una pareja de ancianos y un par de trabajadores, más los dos camareros que atendían la barra del bar. Compré un par de botellas de agua para el camino y fui en busca de mi madre al baño pues no la había visto salir desde que llegué al local.

 --Mamá ¿Estas ahí? Venga que se nos hace tarde

 --!Voy! Es que llevaba tiempo aguantándome y no podía más

 Salió del baño y se miró al espejo para acomodarse el cabello, cosa que me hizo gracia pues después de tantos viajes que realizamos juntas, esta era la primera vez que la veía preocuparse por su aspecto.

 --No te rías estaba toda despeinada.

 --Sii bueno, ummm no será por el guapo señor que nos acompaña ¿verdad mamá?

 --!Claro que no! Hay que ir bien por lo que pueda pasar, cosa que debías hacer tú ,!mira que suelta que llevas la coleta!

 --No me cambies de tema ehh

 --!!Vamos¡¡ que al final nos regañará a las dos por tardar

Me cogió de la mano y tiró de mí sin mirarme pues sabia que me estaba riendo a costa suya, a parte de que yo llevaba toda la razón de cuanto le había dicho.

Dos horas más tarde llegamos al campamento Paraíso, el alojamiento donde pasaríamos la noche y a veinte kilómetros de la población más cercana, de esta forma despistaríamos un poco si en verdad nos estaban siguiendo como había dicho Lüng.

 Alquilamos una cabaña con un dormitorio compuesto de una litera y una cama, era lo mas seguro en caso de tener visitas inesperadas por la noche, Lüng nos protegería si así fuese.

 Caí rendida en cuanto mi cabeza tocó el almohadón, habíamos recorrido unos cuatrocientos kilómetros y todavía nos quedaba un par de días más.

EL SECRETO DE NAIARA(en curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora