Llegué a la casa de Lucas después de la universidad, rezando que ojalá no haya regresado aún del trabajo. Estuve pensando todo el día en que le diría, que sí o que no, pero... pensandolo bien no sería tan mala idea intentarlo, me gusta, ¿porqué no?. Le haría caso a Megara. Pero me da miedito de que me engañe con otra...
Entre a la casa, , saludé a Angela y me fuí a la habitación dónde últimamente estoy usando -que ya bautice como mía - solo quería dormir y no ver a Lucas porque no sabría que decirle pero al entrar a mi habitación a descansar la mente y procesar todo esto. Él estaba sentado en la cama mirando la nada -tragué duro y cerre la puerta- él voltió la cabeza, se levantó de la cama y se acercó.
-Hola -Dijo casi en un susurro- te estaba esperando. Sabía qué no irías a nuestra habitación.
-Hola -le sonreí, no sé hacer otra cosa en estas circunstancias- ¿cómo estas?.-No quiero ir directo al grano.
-Mas o menos- Dijo mirando directamente a mis ojos- he estado pensando en ti todo el día- ¿y ahora que hago?- ¿y tú?
-Igual que tú- ¿Encerio no se me ocurrió otra cosa?.
-¿Lo has pensado? - Claro que lo he pensado, no he hecho otra cosa.
-¿Que cosa?- muy bien hacete la loca. Dijo mi subconsciente.
-Lo de esta mañana.
-Ah, Si, pero no se que hacer.-baje la cabeza viendo mis manos.
-Eli, solo dame una oportunidad- dijo ya cerca mio y tomando mi cabeza con ambas manos- solo una-me besó.
Suspire - mmm... -un poco de suspenso viene bien en estos momentos - Está bien - ya, lo dije... ¿encerio lo dije?.- Claro que lo dijiste. Dijo mi subconsciente
-Te juro que no te arrepentiras-me besó de nuevo.- de nada.
-No necesito que me jures nada, solo disfrutemos el momento, ¿si?-dije separandome y poniendo mi frente en la suya.
-Está bien - volvió a besarme, luego de un rato ya besándonos, mi alrededor empezó a desaparecer quedando solo los dos -y la cama - y nuestros cuerpos lleno de deceo por el otro.
***
Me desperté por un olor a mm... no lo sé - creo que mi cerebro aún no funciona- pero huele rico. Me levanté y me sentí con frío, mire mi cuerpo y estaba desnuda, recuerdos de la anoche lleno mi mente- sonreí- pero el olor me despertó de nuevo de mi trance, me puse una camisa de Lucas y unas bragas, y salí corriendo para la cocina. Vi en el mesón unos rico, apetecibles y hermosos pancakes. Fui hasta el mesón y no resiti más me los devoré.
-Te los iva a llevar a la cama- escuché la voz de Lucas, me giré y sonreí con toda la boca llena de pancakes.- Veo que te gustaron-Asentí, aún sonriendo y tratando de tragar.
-Están ricos- dije ya con la boca un poco vacía. Sonrió, que lindo cuando sonríe.
-Ven para acá- me acerqué y me abrazó- eres adorable- besó mi cabeza.
-¿No quieres? Están muy buenos-le pregunté aún con mi cabeza en su cuello. Que rico huele.
-Creo, que ya te los has comido todo- lo abracé mas fuerte, me separó y vio mis labios- creo que aún queda un poco-lamió las comisuras de mis labios- si, estan rico.-volvió a besarme.
Me subió a la encimera para que quedáramos a la misma altura.
-Te queda bien mi ropa-le sonreí- pero me gustas más cuando no la tienes puesta- me sonrojé.
Empezó a desabrochar la camisa a la vez que me besaba el cuello y bajaba por mi clavícula hasta llegar a mis pechos, heche mi cabeza hacia atrás, tirando su sedoso cabello. Introdujo un dedo en mi hendidura. Yo solo gemía. - Quiero hacer algo loco- pensé. Tome su duro miembro y empecé a subir y bajar mi mano. Lucas me miró con los ojos muy abiertos. Yo solo sonreí y le mordí el labio. No me di cuenta cuando me embistió. Me mordí el labio mientras cerraba mis ojos.
-Mirame Eli.- abrí mis ojos- no pares de mirarme.
Luego de muchas embestidas y demasiados gemidos llegamos ambos al climax, con la respiración agitada me levantó del mesón. Yo envolví mis piernas en su cintura y abrazandolo muy fuerte para no caerme. Me dejó en la cama y se acostó al lado mio. Pusé mi cabeza en su hombro y cerre mis ojos. Me dormí sin antes escuchar, algo que dijo Lucas.
-Te quiero.
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Matrimonio forzado
ChickLitElizabeth Mestroni tenía 20 años, era la típica niña rica e hijita de papá. Su padre Josh Maestroni empezó a tener problemas en su empresa y tuvo que pedir ayuda a un joven empresario Lucas Rabagliati de 27 años pero el quería algo o alguien a cambi...