5 capítulos calentitos...

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CAPÍTULO DECIMOCTAVO

Sofía se despertó más de dos horas después oyendo rugir sus tripas y con un pequeño mareo que asoció al cansancio y las ganas de comer. 

Se giró en la cama viendo a Alberto dormir a su lado con una sonrisa que le hacía la cara aún más atractiva. Se levantó sin hacer mucho ruido, buscando algo de ropa que ponerse antes de llamar al servicio de habitaciones para pedir que subieran algo de comida.

Se puso la camisa blanca de botones de él, junto con unas braguitas nuevas. Pidió de todo un poco, sobre todo cosas de picoteo y algo de beber mientras salía a la terraza disfrutando del sol y las vistas. 

Cuando abrió los ojos lo primero que hizo fue mirar a su lado, llevándose un susto al no verla; no podía haberse ido de nuevo ¿no?, ella misma había dicho que no iba a volver a huir de él. Se levantó poniéndose el bóxer, extrañado al no ver la camisa junto con el resto de la ropa, aunque tuvo una ligera idea de dónde podía estar. 

Oyó el timbre de la habitación y salió ensimismada en sus pensamientos sin fijarse en él, apoyado en el marco de la puerta de la habitación mirando cómo su camisa se amoldaba a sus curvas llegándole a medio muslo; con el pelo recogido en una trenza y descalza, le parecía volver a cuando la vio por primera vez hacía ya 20 años.

Se acercó a ella por detrás nada más cerrar la puerta - Estás irresistible con mi camisa - bajó las manos hacia sus muslos subiendo despacito con la yema de los dedos - ¿Dormiste bien? Cuando me desperté y no te vi pensé que habías huido de nuevo.

Se giró mirándolo algo seria, acariciando su mejilla con una mano - No me voy a marchar ¿vale? - vio cómo asentía sonriendo - no sé a dónde nos llevará ésto, pero me estás haciendo sentir cosas que creía imposibles.

La atrajo a su boca empezando a besarla con ganas, subiéndola a su cintura y llevándola a la mesa de comedor donde la sentó colocándose entre sus piernas. - ¿Te gustó lo de antes? - agarró una de sus nalgas pegándola contra él. Al ver cómo asentía con un gemido, sonrió frotando su paquete contra ella a la vez que oía rugir sus tripas echándose los dos a reír - ¿Tienes hambre o habita en ti un alien?

- Me muero de hambre, apenas desayuné antes con los nervios y las ganas de verte - se sonrojó siendo ella ahora la que se frotaba contra el bóxer.

Gimió aguantando las ganas de hacerla suya salvajemente, separándose un poco para coger el carrito y llevarlo hasta la mesa - A ver qué tenemos por aquí... 

Empezaron a comer entre besos y caricias, dándose mutuamente los bocados sin dejar de mirarse. El ambiente estaba caldeándose cada vez más, como pasaba siempre que estaban cerca. Cogió una fresa dibujando el contorno de sus labios, pasándola por ellos sintiendo cómo se endurecía al sentir sus jadeos entreabriendo para lamer la punta y pegarle un mordisquito. - Ummmmm está deliciosa - se relamió con picardía, envolviéndolo con las piernas - ¿quieres probarla?.

Se acercó más a ella subiendo las manos por sus muslos, bajando su boca para besarle el cuello - Te quiero volver a probar a ti - mordió el labio inferior antes de abandonarse con ella en un beso apasionado - ¿Me dejarás?

Acabaron haciendo el amor en esa misma mesa, entre jadeos y gemidos ahogados, sin prisas y disfrutando el uno del otro. La mesa se movía al ritmo de sus embestidas, frenéticas al buscar un orgasmo que los dejó temblando - ¿Va a ser siempre así? - enredó los dedos en el pelo de Alberto sonriendo satisfecha, aún envolviéndolo con las piernas.

Subió las manos por dentro de la camisa, acariciando la espalda con suavidad - Los habrá mejores - la pegó a él volviendo a besarla - ¿O es que con ésto ya estás satisfecha?

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2014 ⏰

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