10 - Segunda oportunidad. El Popular y el Nerd

2.5K 235 96
                                    

Notas del cap:

Una acá pensando seriamente cual seria el titulo de este capítulo y mi madre y hermana que estaban en la misma mesa que yo, comiendo, se ponen a hablar y por consejo me dicen "las nalgas rosadas" y yo de ¡Puta madre! primero voy y me imagino unas nalgas con pintura rosa y luego me acuerdo que por tanta putiza las nalgas quedan rosas y... joder, ahora no puedo pensar en otra cosa que esas mamadas XD dios, amo a mi familia haahahahaha

¡A leer" porque hoy habrán muchos gritos ¬u¬ ho si, ¡Publicación doble muajajajaj!


10 - Segunda oportunidad. El Popular y el Nerd

Con un demonio, podía sentir mis mejillas fuertemente sonrojadas, mi corazón palpitando con agresividad, estaba a punto de volver sobre mis pasos para ir a casa y dejar en la mierda todo, pero por desgracia la mayoría de mis cosas de importancia se encuentran en mi mochila, la cual, por cierto, aun tengo que encontrar

-Justo lo que me faltaba... de haber sabido que iba a tener tantos pedos en este lugar mejor hubiera elegido la que estaba un poco mas cercas de mi casa- gruñía sin parar, sintiéndome incomodo de no tener ropa interior, mis pantalones ahora me raspaban incómodamente, sin mencionar que lo único que cubría de verdad mi cuerpo era ropa que no era de mi propiedad y que olía un chingo a ese pendejo... la puta mierda... ¿De verdad sería capaz de joderme todos los días el resto de la escuela? Lo peor es que apenas voy a segundo ¿También fastidiaría en tercer año?

-Estoy putamente jodido... ¡Reverendamente jodido!- gruñí, aferrando con más fuerza el gran suéter y bajándolo aun sintiéndome expuesto ante mis "pocas ropas" y sintiéndome a sonrojar de lo incomodo de la situación, tratando de alejarme de todos los que pasaban cercas de mi, sintiendo mi corazón palpitar con fuerza y buscando aun a Chile y Argentina

Cuando por fin he llegado al último lugar donde habíamos estados los tres, cercas de las canchas y también, colindante con la biblioteca, tal y como supuse, no los encontré, pero tampoco encontré mis cosas, gire mis ojos fastidiado ¿Ahora a donde mierda se habrían ido a perder esos pendejos?... bueno, igual cabía la posibilidad de que en realidad me estuvieran buscando, después de todo había pasado ya una hora. Ho mierda, otra clase que pierdo a la primera. Estaba bien que había dicho que daba buena suerte perder alguna que otra hora y llegar tarde pero tampoco era para llegar a estos extremos, no cuando apenas estábamos iniciando las clases

-Bueno, ahí quedo mi idea de ser un alumno ejemplar y no faltar nunca... lo siento jefecita, lo intenté- susurre suavemente mirando al cielo, soltando un casado suspiro y bajando la mirada al suelo, avanzo con pasos lentos... tal vez si sea una buena idea volver a casa y esperar a mañana poder dar con Chile y Argentina, tal vez y esos pendejos ya estén en sus clases y, si no era así, lo más seguro es que me estén buscando y si es así, dudo mucho que nos podamos encontrar

Avanzo aburrido entre las jardineras de la escuela, mirando a todos lados curioso, buscando si es que yo también logro dar con alguno de ambos. Aun cuando es claro que no puedo dar con absolutamente nadie en esta gran escuela, siento como al avanzar choco con alguien y me veo obligado a dar algunos pasos hacia atrás

-Oww... que la puta madre...- gruño ya de por si frustrado de no poder encontrar a mis colegas y ahora esto... necesito unos lentes mejores o prestar más puta atención al frente por que siempre estoy chocando con tantas chingaderas que me frustra. Si, un día de estos los voy a matar a todos si no encuentro un modo de quitar todo el puto estrés que estoy llevando encima

-¿México?- escucho una nueva voz, mi cuerpo se tensa luego de dar un respingo, subí mi mirada confundido y temeroso de que sea la persona quien temo que sea y solo lo encuentro ahí, con su bandera en blanco y rojo, con una hoja de maple por escudo y un gorrito de mapache... mis ojos se abren con sorpresa, doy un paso hacia atrás y giro rápidamente para poder correr; pero hay una mano que me sujeta antes de que pueda crear más distancia que mi espalda dándole a aquel bastardo

Un ataque al corazónWhere stories live. Discover now