Un ataque al corazón

32 - No puedes escapar... p.1

Notas del cap:

¡Sorpresa! Les dije que ya tenía algo escrito y la verdad... lo deje bueno, ya ando escribiendo también por aquí... pero dios, ya perdí practica y velocidad... y temo que hasta coherencia... DX en fin, espero no se note demasiado

¡A leer!

32 - No puedes escapar... p.1

—¡México! —gruño con claro enfado Venezuela mientras se hacía paso a la hora del cierre del restaurante de su familia y entraba con cierto nivel de enfado. La noche había caído desde hacía bastante y, aunque era un Lunes que por fin llegaba a su fin, lo único que les recibió con sorpresa y duda fueron los padres del nombrado latino que en ese lugar, no se encontraba— ¡Mamahuevo! —grita con cólera el venezolano— ¡Donde te ponga las manos encima!

—Chaval, calma —llama España al venezolano— hombre, pues ¿Por qué tanto enojo con mi hijo? ¿Qué hizo ahora? —pregunta España confundido, notando poco después salir a Mexica de la cocina y acercarse con velocidad para escuchar lo que fuera a escuchar de parte del country que si bien, en ese instante venia solo, de pronto, aparecen sus otros dos hermanos corriendo

—Buenas noches señor, señora —jadea Colombia tomándose del marco de la puerta— dis-culpen... a... nuestro hermano —intento contener la respiración volviendo a caer sobre sus rodillas tomándose apenas con trabajo para no caer totalmente

—Nos, preguntábamos —jadea Ecuador— si estaba... México aquí —su voz suena un tanto más entrecortada que la de Colombia pero al menos, se podía comprender mejor sus palabras que las de los otros dos hermanos mayores que, siendo uno que venía jadeando y otro que estaba hecho una furia solo llamando y amenazando al country faltante, era difícil comprender

—No ─respondió rápidamente Mexica─, salió a un mandado que le pedí, apenas se acaba de ir —responde la mujer confundida— a ver, siéntense y cuéntennos que paso ¿Por qué vienen todos tan agitados? —pregunta la mujer, los tres hermanos se tienen que ver entre ellos y aun cuando Venezuela se veía claramente molesto y que aun parecía arder en rabia, acaba obedeciendo y se sienta en una de las sillas para tratar de clamarse

—Tomen chavales —vuelve a aparecer España, entregándoles un vaso de agua de horchata a los recién llegados que, luego de agradecer, les permite recuperar algo de sus fuerzas y por fin, hablar

—El mamahuevo de México no ha venido a la escuela desde hace dos días atrás —gruñe Venezuela— se está escondiendo ¡Yo lo sé! —gruñe Venezuela acabando su vaso de agua y golpeando con este, la mesa en señal de su enfado, Colombia golpea su cabeza para que se tranquilice y trata de hablar un poco más serio

—Lo que quiso decir mi hermano es que, estamos preocupados —corrige Colombia— no ha venido desde el jueves de la semana pasada y por lo regular, ustedes saben que nos envía un mensaje para avisarnos si había pasado algo pero nada —continua explicando— no nos ha dicho nada, no ha aparecido por la escuela y estamos preocupados de que algo malo le haya pasado

—Mmm —guarda silencio Mexica— es verdad que México no quiso ir a la escuela los últimos días —se expresa la mujer pensativa como preocupada— pero no nos ha querido decir los motivos ni siquiera a nosotros

«Lo que me preocupa es que esta extraña actitud de México ocurrió luego de la paliza que le dimos a esos sujetos» piensa Colombia angustiado pero asintiendo a las palabras de la mujer— disculpen mi intromisión pero ¿México no ha estado actuando de un modo extraño?

—Mmm ─gruñe suavemente España─ si, puede que sí —suspira cerrando sus ojos y cruzando sus brazos en una pose pensadora— parece más alterado y paranoico pero ni dios sabe que pasa por su cabeza —gruñe al no tener una respuesta clara que poder ofrecer a los amigos de su hijo— ¿Saben si alguien le ha estado molestando?