No Soy Ella (La Sumisa)+18✔

Capítulo 18: Seré tuya

Primer capítulo de la maratón, esperó que les guste ❣
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Cristián POV:
Entro a la casa con gran furia, no puedo creer que mi padre sea un monstruo, capaz de obligar a mi hermana a casarse sólo para obligarme a mi a tomar el control de sus negocios sucios.

Subo las escaleras y oigo unos sollozos que vienen de la habitación de Victoria, abro la puerta sin preguntar encontrándome con esta y Adriana.

Pero ¿que hace ella aquí?

- Haré lo que sea pero no te la lleves- suplicó caminando hasta mi.

- ¿Que hace ella aquí?- pregunte sorprendido.

- Hablemos Cristián- hace una pausa- A solas-

Bufo y asiento con la cabeza, abro la puerta y nos dirigimos al estudio. Entro luego de ella y cierro la puerta detrás de mi, me crucé de brazos esperando explicaciones, al parecer esta estaba nerviosa.

- Estoy esperando- espeto con seriedad.

- Adri escapó de Paolo y si no la ayudas la matara- dijo triste.

- Por favor, Paolo no es un asesino-

- ¿No te importa que le haga daño a ella y a su bebé?- dice muy molesta.

- Tengo bastantes problemas para que tu me sumes uno más- digo muy molesto.

- Haré lo que sea pero no le des a Adri- dijo con tono suplicante.

- ¿Que serías capaz de hacer?- esta me mira con su cara de angustia y no contesta- Dime-

- Seré tuya- me sorprendo de sus palabras- Pero sólo si la proteges a ella, sólo asi seré tuya- afirmo.

- Sólo si la protejo- repito- Esta bien acepto- su mirada luce muy triste.

- Señor- Larisa aparece- Me pregunto si va a querer que repasemos su habitación- Victoria sólo le da una mirada de odio y desaparece.

- Si, que lo hagan rápido- pasó por su lado y me dirijo al despacho a trabajar en cosas de la empresa.

~ minutos después ~

Estaba en mi despacho tranquilamente trabajando hasta que escuchó gritos, salgo de mi despacho y bajo las escaleras rápidamente. Me encuentro con Paolo, el cuál esta muy violento y tiene a Victoria tomada por el cuello.

- Se que tu la escondes maldita zorra- dijo Paolo.

- ¡Suelta ahora mismo a mi mujer!- exclamo furioso, nadie toca a mi mujer.

Este la suelta de inmediato y yo me acercó a ellos con furia, esta se abraza a mi.

- No lo hagas, por favor- sollozó abrazandome.

Acaricio su pelo y tomo su rostro entre mis manos para ver si ese miserable se atrevió a golpearla.

- Sube a tu habitación- ordeno y está sube las escaleras.

- Entrégame a esa perra- exigió Paolo.

- Aqui no hay ninguna perra- arqueó una ceja.

- Yo se que la metiche de tu sumisa esconde a la estúpida esa de Adriana, es de mi propiedad y tengo todo el derecho sobre ella- estaba totalmente loco.

- Esa mujer no esta aqui y te advierto que si vuelves a levantarle la mano a mi mujer, juro que olvidare que eres como mi hermano y te mataré- dije amenazante.