Una joven se muda a un pueblo al sur del país junto a su madrastra y un enigmático acompañante. Lugar rodeado de bosques que mantienen mas de un secreto.
(jajaja re cliché, no? pequeña historia que publicare por aquí para compartir con un par d...
*Nota Autor: Las imágenes son de referencias, algún día aprenderé a editar y podría colocar algo mas decente :V *
De no ser por que acababan de llegar y el auto se detuvo, hubieran continuado algunos minutos de silencio incomodo. Barbara lo aprovecho para que el ambiente no se tensara y bajándose inmediatamente del vehículo animo a Gabriela a seguirla.
La casa se veía imponente entre los arboles, su estructura no escondía los años que llevaba en pie y sus ventanas se mostraban orgullosas pese al polvo que las cubría, era algo grande para 2 personas, pero era una casa y podría ser llamado un hogar.
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Gabriela se sintió ligeramente mas aliviada al notar que no había nada extraño que pudiera alborotar su visión, solo tenia que ignorar aquella presencia a la que ya se estaba acostumbrando a evitar.
Una vez dentro de la casa aprecio el firme armason que la sostenía, grandes pilares que no cederían ante nada.
-Oh~ esta igual a como lo recordaba... allí esta la cocina y por allá el baño, pero vamos arriba que quiero mostrarte tu cuarto- Dijo Barbara invitándola a subir por la escalera que crujía un poco a cada paso que daban. El lugar estaba muy limpio y se notaba que habían estado ventilando, aun que aun quedaban algunos rastros del olor a humedad. Continuaron por un pasillo hasta una puerta cercana a una ventana.
-Taran!-Abrió la puerta Barbara dando un mayor énfasis en su movimiento al invitarla aentrar- Este es tu nuevo cuarto, lindo, no?
Para Gabriela era solo un cuarto mas, pero era mas grande que el de su antiguo departamento, y considerablemente mas grande que el cuarto del internado de su vieja escuela. Así que se limito a sonreir para no malgastar el esfuerzo de su madrastra.
-Lindo- Dijo intentando dejar atrás aquella respuesta cortante de hace un momento en el vehículo.
-Puedes comenzar a traer tus cajas- Barbara no dejaba perder el tiempo, mientras se acercaba a abrir la ventana del cuarto- llamare a los del camión para ver cuanto les falta por llegar- Dicho eso desapareció por la puerta.
La joven se quedo unos pequeños segundos apreciando aquel nuevo espacio hasta que una voz familiar rompió el silencio.
-Es enorme- Dijo el chico paseándose por el lugar – y la vista es buena.
Gabriela no perdió mas tiempo y comenzó a acomodar algunos paquetes que llevaba encima y se apresuro a ir por más, ignorando completamente al muchacho.
-oye~ hasta cuando vas a ignorarme? ... uff~ bueno, creo que me pondré cómodo mientras tanto.
La joven ya había desaparecido por la puerta y el muchacho se rindió a sentarse en el marco de la ventana, sus movimientos eran limitados y su único contacto lo ignoraba completamente. Pero él sabia muy bien del porque del actuar de Gabriela y en gran parte sabia que se lo tenia merecido. Por el momento solo podía esperar como siempre había hecho, esperar a que el tiempo transcurriera.
