La vida tal vez sea una sola

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Ahora estás en un pozo y en la oscuridad. De pronto encontrás cobijo ahí. Empezás a temer salir y enfrentarte con lo que haya afuera. La oscuridad te invadió, te atrapó, estás casi completamente enceguecida. No querés ver la luz, te negás verla; te duelen los ojos. Preferís diez mil veces quedarte ahí, solo deseás permanecer así. Si querés, si lo deseás, podés quedarte ahí, en la angustia, en el resentimiento, en el rencor y dolor. En ese momento deseamos permanecer así, toma gusto de ello y aún a veces deseamos estar peor que eso. Es como si nos provocara placer vernos destruidos. Aparece un complejo emocional, puede ser el desánimo o la depresión; no queremos salir de ahí, no pretendemos otra cosa. Pero permitime decirte: no temás salir y enfrentarte al mundo. Fuera de ese pozo todo es más bello. Es tan bonito salir y luego sostener. Pude hacerlo. Es bello contarlo como lo que fue y hoy ya no lo es. ¡Se siente tan bien cuando vencemos una adversidad! Nos creemos grandes y experimentados. Salí de ese pozo en que te ves metida. En él lamentarás y seguirás lamentando mientras no puedas salir. Dejarás de lamentar cuando pongás un pie afuera. Creéme, es bella la sensación de vernos triunfadores. A la vida no vinimos a sufrirla, ni a lamentarla. Vinimos a disfrutar y a agradecerla.

Los Misterios de Don GatoWhere stories live. Discover now