Capítulo 2: El nuevo jefe

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Otro día, misma basura. Mientras modelaba para la revista, me preguntaba dónde y cómo estaría el hijo del dueño en ese momento. No he dejado de pensar en él desde que lo vi hace unos días, pero tampoco lo he visto muy seguido. Debe ser por los horarios de trabajo de cada uno. Luego de quitarme un tonto atuendo aburrido, salí de aquella sala.

En eso, yendo a buscar algo para beber, noté que el lindo chico sale de la oficina. Saludó con educación a algunos modistas que pasaban, y al cruzarse conmigo también me saludó, con una bonita sonrisa.

ㅡ Buenas tardes.

"Qué tienen de buenas" pensé, algo aburrido de mi rutina. Me limité a repetir lo que dijo.

ㅡ Oh! ㅡse dirigió hacia miㅡ No te pregunté tu nombre, lo siento. ¿Cómo te llamas?

¿Este chico no deja de sonreír? Sin darme cuenta, comencé a sentirme... Mejor.

ㅡ Uh, disculpe... Hey... Le pregunté algo ㅡno me había dado cuenta de que me quedé mirándolo. Parpadeé con fuerza, y le sonreí.

ㅡ Lo siento. Me llamo Felipe. ¿Y tú? ㅡaclaré mi garganta, y me corregíㅡ ¿Y usted?

ㅡ Está bien, no me molesta que me "tuteen" ㅡotra vez soltó una de esas cálidas sonrisasㅡ. Me llamo Ángel

"Ángel. Ese nombre sí que va bien con él" pensé, y me reí mentalmente con esa tontería.

Luego de asentirnos mutuamente, y de un momento incómodo donde no sabíamos si irnos o cambiar de tema, el chico habló.

ㅡ ¿Te parece si...? Umm... Cómo digo esto... Tengo que conocer a todos los modelos, y... Ya hablé con todos, excepto contigo. Y ya se acabó mi turno, entonces, ¿podemos salir a algún lugar? Para hablar con más confianza, quiero decir...

¿Está poniéndose nervioso? Solté una leve sonrisa.

ㅡ Está bien, como usted prefiera.

Salimos del lugar. Me dijo que su padre no tiene problema con que se lleve a gente (aunque creo que no especificó que se trataba de mi, porque de ser así no nos dejaría).

Nos dirigimos a un café, que estaba justo al frente del bonito edificio de colores extravagantes. Ya quisiera yo que realmente el lugar fuese así, "extravagante". Sólo es un edificio aburrido, donde nadie sabe de decencia. Al menos conmigo son así. Me pregunto qué piensa Ángel sobre el lugar.

Luego de sentarnos y pedir nuestros cafés: yo un capuccino doble, y él un caramel macchiato (una parte de mi cerebro quiso recordar el café que ordenó... quién sabe, tal vez podría comprarle uno para "hacerme el lindo"), comenzamos a platicar.

ㅡ Bien, entonces ㅡcomenzó a hablar. Noté que tenía una libreta junto a él, en la cual tenía anotadas varias cosasㅡ. ¿Cuánto tiempo llevas trabajando en el lugar?

Saqué mi mirada de la pequeña libreta, y lo intenté mirar. Cabe destacar que durante todo este tiempo, desde que me habló, hasta llegar al café, me he sentido más nervioso de lo que debería. Finalmente, respondí su primera pregunta.

ㅡ Desde los seis años.

Levantó su mirada, algo sorprendido.

ㅡ ¿Eso es legal? ㅡpreguntó, ladeando un poco la cabeza. Alcé mis hombros, pues jamás me había hecho la pregunta.

ㅡ No tengo idea, tal vez en ese tiempo sí lo era ㅡ "O tal vez mis padres eran unos codiciosos, y sólo querían dinero, destruyendo mis sueños de paso".

ㅡ Está bien... Siguiente pregunta. ¿Tienes alguna queja acerca de... alguna cosa del lugar? Lo que sea.

ㅡ Pues... Actualmente no... ㅡ "Quiero un reembolso. Devuélvanme mi infancia". Mi mente me estaba matando en ese momento ㅡ. ¿Puedo trabajar más con Amber?

No sé si les conté, pero Amber es modista, es decir, se encarga de fabricar distintas ropas según lo que le indican. Desafortunadamente, el dueño a penas y nos hace trabajar juntos. Pero este nuevo jefe demostró ser muy amable, tal vez si lo puedo convencer...

ㅡ Por supuesto, arreglaré las cosas para que trabajen juntos en unas semanas ㅡvi que escribió una cosa más en su libreta. Llegaron nuestros respectivos cafés, y le agradecimos al camareroㅡ. ¿Alguna otra sugerencia?

Mi mente otra vez comenzó a gritarme que le contara sobre los maltratos, y todo el dolor que he recibido. Otra parte de mi dice que eso no le incumbe al nuevo jefe. Negué con la cabeza.

ㅡ Aunque... ¿se supone que usted va a ser así de simpático todos los días? ㅡpregunté, a lo que él rió un poco.

ㅡ Haré lo posible. Sé que mi padre fue bastante estricto. Y yo no soy mucho de ser así. Pero no se aprovechen de eso.

Asentí con la cabeza, y tomamos nuestro café en silencio. Eché una mirada al chico. Tenía un rostro muy lindo, y reflectaba mucha simpatía. ¿Cómo alguien tan lindo y dulce puede ser hijo de un señor tan amargado y cruel? Empiezo a creer que Ángel se parece mucho a su café, por lo dulce que es.

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816 palabras.

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