No me pidas que te odie…
Ni quieras obligarme al olvido,
Soy la esclava que nunca quisiste,
La dueña absoluta de tu infame castigo.
Soy yo quién se odia por quererte…
Quién se castiga con no querer olvidarte,
Capaz fui de fustigar a la memoria
Danzando canciones,
Bailadas cientos de veces… contigo.
¡Y nunca será bastante!
Ciega hasta el infinito…
¡Culpable hasta lo insondable!
No habrá no, para mi suficiente castigo,
Para olvidar que en mis labios y en mis brazos…
¡Soltaste tu último suspiro!
YOU ARE READING
Mís sueños serán mí presente
PoetryCuando se habla con el corazón, todos los corazones te escuchan.