CruzStorm (Cruz Ramírez x Jackson Storm)

capítulo 3

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Al día siguiente me desperté muy temprano para ir a correr un rato a la pista de tierra de Thomasville, el señor McQueen y su esposa se encontraban aquí también pero ellos no estaban conmigo en la pista; sino que están preparando todo antes de irnos al aeropuerto para viajar a California y luego a Radiador Springs. Será un viaje largo pero va a ser genial.

Corrí por un largo rato y cuando termine, ví que la señora McQueen me estaba mirando con una sonrisa. Entonces ella se acercó a mí y me dijo

–¡Buenos días Cruz!– saludó y yo le sonreí

–Buenos días, señora McQueen– le devolví el saludo. La verdad es muy raro llamarla así pero no me acuerdo de su nombre.

–¿Cómo despertaste?– preguntó

–Bien y ¿usted?- sonreí con timidez

–¡Muy bien! – sonrió–. Y no me digas señora McQueen o usted, dime Sally– rió

–Oh claro, disculpa Sally– la verdad ella no me agrada mucho, tiene algo que no puedo soportarlo. No sé si será porque siempre está feliz y jamás triste, aunque bueno yo soy igual que ella pero distinta.

–Corres muy bien sobre tierra, Cruz– me dijo mientras miraba la pista-. Yo aquí aprendí a conducir

–¿Qué edad tenías?– le pregunté porque me da curiosidad saber un poco más de ella

–Tenía doce años a punto de cumplir trece– no puedo creerlo, era muy pequeña–. Una vez que me animé a subir la velocidad, comencé a correr en la Fireball beach y cuando ya estuve lista corrí mi primera carrera en la pista de tierra de Thunder Hollow junto a mis dos mejores amigos Bobby Swift y Cal Weathers

–¡Wow, eso es asombroso!– dije

–Y tú Cruz, ¿Qué edad tenías cuando empezaste a conducir?–me preguntó

–A los quince años–agaché la mirada. Ella presume que ya era buena desde antes de llegar a la adolescencia y yo era un fracaso a su edad

–Eras pequeña–me dijo

–Si... pero no cómo tú– eso último lo dije en un susurro y ella me miró

–Cuando lleguemos a Radiador Springs te enseñaremos un par de cosas que serán muy útiles para cuando tú corras en tu siguiente carrera– yo la miré confundida

–¿Tú también me entrenaras?– pregunté

–No, pero Rayo me pidió ayuda así que lo voy a hacer–dijo sonriendo pero de apoco se le borró–¿Tú no quieres que lo haga?–preguntó

–Ah no, no es eso – dije excusándome –. Solo quise saberlo– sonreí

–Bien–dijo–. Yo me voy, te dejo sola. Después vendrá Rayo por ti– yo asentí y ella se fue dejándome sola.

Corrí un poco más y cuando paré me asombré al verlo a él, junto a su auto y con esa sonrisa arrogante que enamora a cualquiera, porque siendo sincera se ve hermoso así pero él no es mi tipo, Jackson Storm no es para mí.

–Vaya, tengo que admitir que eres un asco corriendo en la tierra– ya sé para que vino

–Buenos días Storm, ¿Cómo estás?– saludé amablemente pero él frunció el ceño

–Deja la amabilidad de lado y dime ¿Qué haces aquí? ¿Acaso te vas a disfrazar de esto ahora? ¿De ser una pueblerina?– no entendí lo que quiso decir así que mejor lo ignoré y me subí a mí auto para irme ya que Mack me esperaba. Cuando encendí mi auto avancé un poco y él no se movía, no sé qué es lo que quería pero no me importaba pasarlo por encima. Bajé la ventanilla de mi auto y le dije