Tess y Colten son rivales dentro y fuera de la cancha, pero ninguno de los dos pensó que en medio de su batalla campal se vería involucrado el corazón.
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La mayoría de las escuelas tienen rivalidades con otros institutos, pero en Dallington High e...
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—¡Tess! ¡Deja de preocuparte! Todo estará bien.
—Christie, Colten me besó, Ryan me agarró de la mano, Colten le dio un puñetazo a Ryan, Ryan se lo devolvió a Colten, Colten me dio un puñetazo, empezaste a llorar y yo también. Nada estará bien.
—Está bien, podría ser difícil durante... diez minutos... ¡Y luego todo estará bien!
Me dejé caer en el asiento del coche, levantando mis rodillas y enganchando mis codos alrededor de ellas. Enterré la cara en mis brazos, tratando de apagar el mundo a mi alrededor.
—Todos me van a mirar fijamente —dije desesperadamente, mi voz apagada y de mal humor.
—¡Nadie te va a mirar! Todo ya está olvidado —dijo Christie, sonando demasiado alegre y positiva.
Siguió un momento de silencio tenso, en el que miré a Christie con tristeza.
Sus ojos se movieron momentáneamente hacia mí, antes de volver hacia el camino, suspiró.
—Bueno, tal vez no lo hayan olvidado, pero... quiero decir... Bueno... ya sabes... —Se calló, despejando la garganta con torpeza—. ¡Oh Dios mío!
Gemí, enterrando la cara en mis brazos y sintiendo lástima por mí misma.
🏀 🏀 🏀
Había estado temiendo este momento todo el fin de semana, el lunes por la mañana.
El viernes por la noche, cuando me senté en el coche de Christie y lloré, algo dentro de mí había cambiado, alterado. Sentada y llorando, a las dos de la mañana, debido a un chico, un chico descuidado y arrogante, era algo que nunca volvería a hacer. La ira había reemplazado rápidamente la tristeza, y yo había dejado de sollozar, encontrándome vacía.
El resto de la noche y el siguiente fin de semana, había sido un aturdimiento, una mezcla emocional de temor, desdicha y resentimiento.
Desenchufé todos los teléfonos de mi casa y apagué mi teléfono para ignorar las continuas llamadas de "¿estás bien?" o "escuché lo que pasó, ese idiota..."
Tratando de olvidar mi vida en una maratón de películas románticas, mi desdicha solo se había profundizado cuando los finales felices se volvieron molestos.
Y cuando Jack murió, congelado, hundiéndose hasta el fondo del Atlántico.
Y así, aparte de breves momentos de recuerdo, casi había borrado con éxito la noche del viernes de mi memoria... pero nada podría ocultar el moretón.
Una mezcla repugnante de marrón, amarillo y azul, se levantó en la esquina de mi boca, creciendo y extendiéndose a través de mi mejilla derecha en un tramo de piel tierna, hasta llegar a un extremo en mi pómulo. Doloroso y crudo, sirvió como un recordatorio constante de lo que había sucedido.
