Fue Aquella Navidad

🎄Ocho🎄

Hoy doble capítulo y desde ya les deseó feliz navidad!!! 🙌🙌🎆⛄⛄🎊
Que disfruten mucho con su familia y amigos, que tengan rica comida y no beban demasiado (si es que lo hacen).

Que disfruten la lectura. 🙌

Cap(1/2)

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‹Tyler›

Pudé ver a Xander tensarse cuando su madre colocó sus ojos en mi. Ella era alta y compartía los mismos ojos castaños y el cabello ligeramente ondulado de Xander. Además sus mejillas eran algo rellenitas (obviamente no tan llamativas y adorables como las de mi amigo).

—Oh —La sorpresa en los ojos de la mujer desapareció para dar paso a la picardía. Y por supuesto que Xander se tensó aún más. — Pero mira nada más que joven tan guapo.

La madre de Xander se acercó a mi hasta poner sus manos en mis mejillas y ladear mi rostro como si estuviera haciéndome una inspección. Luego me soltó y dio una vuelta a mi alrededor mientras soltaba varios sonidos de conformidad.

—Eres un buen especimen —aseguro la mujer haciéndonos reir al tio Mortimer y a mi.

—¡Mamá!— Por supuesto que Xander no parecía encontrarle la parte graciosa a todo el asunto. —Deja de hacer eso, lo harás sentir incomodo.

—Esta bien, perdoname por estar emocionada. — Ella rodó los ojos y luego puso su atención de nuevo en mi. — A ver muchacho, dime cual es tú nombre.

—Tyler Avery y déjeme decirle que es un gusto conocerla señora Harrison. —Extendí mi mano y ella no tardo en estrecharla.

—El gusto es mio y desde ya te digo que espero verte para todas las navidades futuras. Y de preferencia espero verte pronto como más que el novio de mi hijo.

—¡Mamá! Deja de decir esas cosas ¿acaso quieres que salga corriendo?— infló las mejillas y no pude evitarlo. Me moví hasta él y lo envolví en mis brazos, no quería que le diera otro ataque de pánico. —¿Qué haces? — murmuró contra mi pecho.

—Tratando de tranquilizarte ¿funciona?— susurré de vuelta y el soltó esa risita catarina que empezaba a convertirse en mi sonido favorito. —Venga ya Hamster, relajate un poco, no te preocupes por mi ¿de acuerdo?

Asuntió y me devolvió el abrazo. Pudimos habernos quedado así por horas y no me hubiera quejado, pero no estabamos solos y lo recorde cuando su madre y su tio empezaron a susurrar que nos veíamos muy tiernos y que haciamos bonita pareja. No podía hacer más que darles la razón.

Entonces un hombre alto y de aspecto intimidante entró a la habitación. Llevaba una camisa de franela a cuadros rojos y blancos, una gorra con la vicera hacia atras y se iba quitando unos guantes de trabajo.