XXX

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Natalia no podía creerse la belleza de Alba cuando la miró sin que ella lo notase. Tenía un culazo con esos pantalones que no era nada normal. Prefirió irse con el grupo mientras Joan y Alba preparaban los vasos con el alcohol.

― Alba, deja que África ponga el alcohol en el vaso de Nat ―comentó― si lo ponemos alguno puede que desconfié.

Estaba en lo correcto. Natalia no dejaba de mirar cada dos por tres a la barra, a ver si su trago ya estaba listo para esfumarse de la realidad.

― Voy a la terraza ―dijo sacando un cigarro― necesito tomarme uno.

Y sin que nadie se lo esperase salió allí, apoyándose en la pared como el primer día que la conoció. Joan y Alba, que esperaron la señal de que se apoyaba escuchando el tacón sonar contra la pared corrieron hacia África, que rápidamente Joan le explico la situación, y como si fuese una camarera de bares se dirigió allí, echándole más de medio vaso de whisky.

― Ostias ―exclamo Alba colocándose una mano en la boca de tanta cantidad― se va a morir con tanto.

― Bueno, mejor que sobre que falte.

Salió después de pocos minutos, volviendo mientras miraba su teléfono en busca de algo, que con su expresión de cansancio parecía no encontrar. África, que esperaba a que entrase de nuevo en el salón gritó:

― ¡Ey escuchadme! ―voceó― ¡Ya os he preparado los vasos!

― ¡A disfrutar de la fiestaaaaa! ―gritó María saltado mientras activaba su Playlist, que empezó a resonar por la casa.

Joan y Alba no dudaron dos veces de ponerse a bailar antes de tomarse el alcohol, sino no podrían ni siquiera cantar las canciones. Acabaron los dos chillando como locos mientras todos se reían y intentaban bailar mientras que tomaban su whisky. Alba se tranquilizó al ver a Natalia disimuladamente, encontrándosela tomando el whisky a pleno pecho mientras hablaba con Marta.

El plan iba funcionando.

Llego un momento en el que todos se habían acabado su primer vaso, incluida Natalia, y que antes de que les llegues el efecto decidieron comenzar a bailar todos. María, que ya empezaba a estar borracha, aprovechó poniendo una música de reggaetón bastante movidita, haciendo que ella empezase a perrear junto a Pablo. Natalia sin embargo se quitó los tacones con dificultad, empezaba a perder el equilibrio.

― Voy a coger los vasos ―dijo Alba, separándose de Joan.

Agarró con mucho miedo su vaso. Se lo había preparado África, y aunque puede que siendo ella le haya echado bastante más de lo que debería decidió beberlo.

― Mas cuidadito con ese vasito ―gritaba María desde la zona de baile arrastrando las palabras.

Alba frunció el ceño, como desafiante, y se tragó todo en menos de un minuto. Joan, sin embargo, se bebía el vaso poco a poco. El sí que era un ejemplo a seguir en fiestas de borrachera.

Natalia iba ya bastante borracha hasta que incluso utilizaba sus zapatos como si fuese una guitarra, y se ponía en medio de la pista a imitar que estaba cantando la canción que le había dedicado a Alba en el chalet, aunque claro, iba tan borracha que no se percató.

Gracias al alcohol Natalia unió varias miradas con Alba, que duraron unos pocos segundos más, pero que Natalia aun seguía esquivando.

En uno de esos momentos en los que estaban todos bailando Alba asintió a Joan, devolviéndole el gesto. Iba a hablar con Natalia, pensó que el mejor lugar seria el baño.

Rebeldia | albaliaWhere stories live. Discover now