CAPITULO 5

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Leonardo:

No voy a negar que los pequeños mimos que me daba aquel tiburón me disgustaban, todo lo contrarío, me subieron el ánimo que tenía por los píes, haciendo igual que moviera la cola, pero no lo hice notar mucho, me da vergüenza aún hacer eso. 

Todas las horas me la pase escribiendo apuntes, tanto los que tengo pendientes y el de las clases que nos daban, como matemáticas o español, que estás eran las más duraderas. Mientras las demás constaban de 1 hora, esta era de 2. Siempre dicen que es muy importante el español y las matemáticas, aunque se tornan aburridas. 

...

La hora del almuerzo dio inició. Yo salí solitario rumbo al mismo lugar cuando llegue, el árbol que se encontraba alejado de todos. 
Yo suelo ser una persona que socializa con los demás, pero ahora por la situación en la que me encuentro, prefiero estar lejos y evitar las burlas que me causarían las personas de aquí... Y aunque puedan existir buenas personas como Rex en el plantel, también hay otras malas que prefieren molestar sin objetivo alguno, tal como lo dijo esta mañana Rex hacia ese tal Nick.

Llegue tranquilo al árbol del cual me enamore por primera vez que lo vi, simplemente para mí era hermoso, tan grande y majestuoso, que cubre a todo que este debajo de él con sus hojas cálidas... Aunque por otra parte, ya sentía esa parte de afecto por alguien más, y ese es Rex. 
Sé que lo conozco muy poco, pero con los actos que ha hecho, me da a entender que es una gran persona de corazón puro, de una mentalidad de una persona mayor. Era de admirar para mí, no creí que alguien como él se cruzaría en mi vida en cierto modo, y aunque sea por un corto tiempo, intentaré disfrutar al máximo.

Y como dije más antes, he sentido una pequeña atracción por él, por su maravillosa forma de ser, desde el comienzo; pero aún más cuando lo vi jugando con mi pequeño hermano, por primera vez pude ver que Daniel sonreía con otra persona y no se escondía como de costumbre, sino que fue con él para jugar, y Rex respondió de una forma muy linda... Aunque ese no fue lo único que hizo que sintiera algo. Hoy en la mañana, cuando me dio su bufanda negra, sentí muy bonito, tanto que de verdad no resistí a abrazarlo, y ahora sé que no le molestan en lo absoluto los abrazos, e inclusive ya me ha dado uno, corto pero me lo dio.

Tanto divagaba en mis pensamientos, que ni cuenta me di que la campana había sonado, dando nuevamente inicio a las clases. Me quede ahí sentado un buen rato hasta que un profesor me aviso que el almuerzo había terminado. Me levante rápido y me fui corriendo al salón, me quedaba un poco lejos, pero pude llegar antes de que el profesor lo hiciera, sentándome en mi respectiva butaca.

La clase que seguía era historia, mi peor enemigo en el mundo. Solté un suspiro, recargando mi cabeza en la paleta, esperando con mucha preocupación mi gran perdición.

...

La campana sonó nuevamente, las clases ya habían terminado, la verdad me emocione mucho, ya tenía ganas de ir con mi madre y hermano, además, tengo que asistir a un trabajo de medio tiempo que ayuda un poco con los gastos de la casa.

Guarde todo con cuidado en mi mochila, la cual ya se encontraba bastante rota, pero aún así la traía, siempre he dicho que es de la suerte.
Camine a la salida, pero me olvide de algo, ¡la bufanda de Rex! Aún la traía puesta en el cuello, olvide devolverla. 
Mire por el salón, por desgracia Rex ya no estaba. No quiero que piense que soy un aprovechado, así que salí corriendo rápido a la puerta de salida, teniendo ya la bufanda en mi mano, y por suerte allí estaba, despidiendose de sus dos amigas, yendo a paso rápido a su limusina.

- ¡Rex! - grite fuerte, a lo cual pudo escucharme, voltendo a mirarme - Ten tu bufanda, olvide dartela de vuelta. - dije apenado, pero esté negó con la cabeza

Entre mundos distintos. ( Furry/Gay )Where stories live. Discover now