Kim YoungWoon es un chico que sufre constantemente maltratos por parte de sus padres, la época en la que se encuentra viviendo es muy antigua; un día se encuentra con un ser que a sus ojos es angelical, sin embargo, él es una de las criaturas que go...
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Un niño de apenas doce años con una mirada alegre, tierna e inocente, había nacido en el seno de una de las familias más respetadas y adineradas de toda su ciudad, sin embargo, el simple hecho de que hubiera respeto por las diversas familias del poblado, no quería decir que no existieran las envidias y el odio hacia esa familia.
Ese niño, había sido añorado por sus padres desde hace más de tres años, por lo tanto, siendo el hijo mayor de tan solo dos varones de la familia Park era amado y apreciado, no solo por sus padres, sino también por la servidumbre que trabajaba en su hogar.
Un día en el que jugaba como siempre en el patio trasero de su casa, se encontró con una persona que lo cautivó por completo, un joven de quince años, cuya fisionomía era la de un ser angelical, ojos azul celestes, piel clara, cabello rubio rizado, labios rosados y una mirada tierna y dulce... por unos momentos conectaron miradas, el extraño se acercó al niño de doce años.
-Hola... me llamo Kevin, vengo de Inglaterra-Le extendió la mano, al mismo tiempo que le regalaba una sonrisa... que hermosa sonrisa, nunca creyó haber visto una igual, parecía un hermoso ángel.
-Hola... me... me llamo Park Jungsoo, mucho gusto-Contestó el saludo con una leve venia ese pequeño pelinegro, con cierto temblor y algo avergonzado en su voz.
-Vaya, en realidad eres muy lindo-El aludido se sonrojó ante el comentario de ese hermoso joven, después de todo, alguien le había dicho que era muy lindo y no cualquier persona, sino la más bella que jamás había visto, o incluso imaginado -Me tengo que ir... espero verte nuevamente Jungsoo-Dijo mientras caminaba en dirección a la que sería su nueva casa, porque sí, ese joven que respondía al nombre de Kevin, viviría a un lado de la casa del pelinegro.
No pensaba en nadie más, solo en ese chico de ojos celestes-Kevin- Repetía una y otra vez, aunque no sabía el motivo, necesitaba verlo y tocarlo, aunque sea solo una vez, con esa clase de pensamiento el pequeño Jungsoo salía todos los días a jugar en el patio trasero de su casa, para ver si en algún momento, vería a ese chico y en una de esas tantas veces...
-Hola, me alegro de verte nuevamente... Jungsoo-Ese joven estaba a sus espaldas saludándole, giró rápidamente para verle y vio extendida la mano en señal de saludo, tal como se hace en Europa y otros continentes-Oh, lo siento, hola, Jungsoo-Hizo una pequeña venía característica del continente asiático
-No, por favor no se moleste-Dijo al instante en que ese chico se inclinaba levemente para saludarle-No es... necesario-Prosiguió en tono avergonzado
Desde esa vez en la que ambos se reunieron nuevamente, se formó un "lazo" de amistad, que se transformó en una unión, más que de respeto y admiración, en una sentimental... donde solo Jungsoo era un ciego devoto a Kevin.
Pasó el tiempo, para ser exactos, dos años, en los que esa unión consistía en entrega por parte del menor, mientras que para el mayor, solo era un juego; los padres de Jungsoo no sabían absolutamente nada sobre lo sucedido entre su hijo y ese chico, pero les desesperaba el hecho de que su alegre e inocente hijo estuviera cambiando constantemente de humor, donde solo la tristeza y el dolor prevalecía, poco a poco ese niño sonriente y alegre ya no se encontraba.
