Capítulo 1.

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Con una mano sostiene el plato, y con la otra aprieta fuertemente la esponja que lo lava. Sarah, ojea el reloj cada diez segundos para confirmar que no llegará tarde a su primer día en la Universidad. Como cualquier persona en su situación, siente unos nervios que no la dejaron pegar un ojo en casi toda la noche, y tuvo que dar vuelta su placard buscando la ropa adecuada para usar en aquel día tan especial.

Su madre ya había partido hacia su trabajo, sin antes, darle un beso en la mejilla y deseándole muy buena suerte. Pero le había informado que se daría una vuelta mas tarde para visitarla en su nueva habitación en el Campus. 

Sarah se dió cuenta que si no se apuraba, no llegaría a tiempo para tomar el autobús en la estación así que rápidamente y sin titubeos, comenzó a secarse las manos con el repasador miéntras recordaba en dónde había dejado su teléfono celular. 

Se encaminó hacia la puerta ya con su bolso cruzado por su pecho, la valija pequeña siendo arrastrada con su mano izquierda, y los papeles de la inscripción en su bolsillo mas cercano. Se percató de quedarse por unos segundos meditabunda en la entrada, tratando de recordar si se estaba olvidando de algo. Suspiró pesadamente y arrastró sus pies hasta la salida. Cerró la puerta detrás de ella con llave, y corrió hasta la estación, en donde sabía aún sin comprobar la hora, que ya estaba llegando tarde para alcanzar el bendito transporte.

Miéntras estaba en camino, no tenía ganas de colocarse los auriculares. Prefería esto: conectarse con su alrededor y tratar de observar cada detalle a su alcance. No sabía porque lo hacía, pero siempre fue demasiado curiosa. Trataba de convercese a sí misma de que todo iba a estar bien, pero era la primera vez que empezaba algo estando sola. Siempre había comenzado las clases en el colegio con su madre tomándola de la mano, o aunque sea, acompañándola hasta la entrada de la escuela. Esta vez, tomaría la iniciativa como una verdadera adulta. A decir verdad, era muy exagerado, pero su corazón martilleaba demasiado fuerte como para dejar pasar esa situación como algo normal. 

Una vez que había llegado a destino, no podía hacer otra cosa más que observar embelesada el edificio que tenía enfrente de ella, y mover sus pies hacia adentro del lugar. Primero tenía que sacar la hoja de papel que tenía guardada en el bolsillo de su bolso, en donde estaban anotados, todos los horarios y números de aulas de cada respectiva materia, y el lugar hacia donde tenía que ir para que le asignaran una habitación. 

De repente no se sintió sola para nada. Cientos de jóvenes como ella, se arremolinaban sobre la entrada. Algunos descargando su equipaje de los baúles de los taxis, otros con mas suerte, se bajaban del auto de sus padres; y otros grupos dispersos por allí, ya se encontraban sociabilizando y conversando con demás personas. Tal vez encontrándose con viejos amigos, o quizás no. Sarah sentía una profunda curiosidad por ello. ¿Haría algún amigo en aquel nuevo año?

Primero que nada, luego de desempacar y dejar las cosas en la habitación, los que eran de primer año tendrían que ir a una presentación a la Walter Hall, que era la sala de conciertos, en donde se daría la charla de bienvenida. La muchacha no sentía mas nervios por el solo hecho de no tener más espacio en su cabeza. Solo pensaba que cosas geniales iba a aprender allí, o si iba conseguir hacerse amigos. "Primero esta el estudio", se decía a sí misma.

Mientras caminaba por el sendero de árboles que cortaban la entrada de luz solar, no pudo evitar escuchar el cuchicheo que tenía lugar entre las dos muchachas que se encontraban caminando por delante de ella.   

"The Club" {Justin&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora