Prólogo.

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La puerta se cerró con un estrépito cuando Sarah la atravesó corriendo. Se dirigía hacia la cocina, en donde sabía que se encontraría seguramente su madre. Allí no tuvo otro gesto, más que sonreir de oreja a oreja mientras un brillo especial se adueñaba de sus ojos. Su largo cabello enrulado, lucía despeinado y atrofiado, culpa del calor que le hacía pegar algunos mechones a su cara. No le importó. 

Su madre la esperaba apoyada contra la mesada de la cocina, apretando fuertemente sus manos en ella. No hacía falta que hablaran, porque gracias a la mueca de satisfacción que Sarah poseía en su rostro, su madre solo se limitó a esperar algunas palabras suyas que lo confirmaran.

—Aprobé... ¡Tengo la beca! —Chilló la muchacha mientras se abalanzaba a los brazos de su madre.

—Sabía que lo lograrías. —Susurró ella en su oído.

Los sollozos y la amenaza de lágrimas no se hizo esperar, y ambas mujeres decidieron sentarse alrededor de la mesa de la cocina para poder calmarse y conversar mejor.

—¿Qué es eso? —Preguntó su madre asintiendo hacia el papel que tenía Sarah en su mano.

—Es el resultado de mi audición. Obtuve un nueve. —Exclamó orgullosa enseñándole la hoja.

—¡Eso es genial! ¿Te dijeron que necesitas para comenzar? ¿cuadernos, libros, algún instrumento...? —Preguntó hechándole un vistazo a la hoja de papel que tenía en sus manos.

—No, no. Todavía no pero creo que en mis primeras clases me dirán como se maneja cada profesor. —Sarah se encogió de hombros.

—Definitivamente te voy a hacer el pastel de festejo que te prometí. ¡Esto amerita celebrar! —Chillo su madre poniéndose de pie y comenzando a buscar los ingredientes en la alacena.

Sarah solo le agradeció mientras salía de la cocina para irse a su cuarto. Sentía la necesidad de contárselo a su mejor amiga, la cual comenzaría a estudiar medicina en unas semanas en la universidad de Montreal. Además de comenzar a preparar su valija para mudarse en unos pocos días a lo que sería su nuevo hogar durante los próximos años. 

Unos ruidos povenientes de la sala, captaron su atención. Se giró sobre sus talones antes de subir por las escaleras, y se percató de que el televisor estaba encendido. Una noticia de último momento se anunciaba en la pantalla, mientras mostraban una entrevista del famoso cantante Justin Bieber hablando en exclusiva. 

"Esta noche tenemos una noticia exclusiva. En el día de ayer, el cantante Justin Bieber respondió a nuestras preguntas en la entrevista que tuvo con nosotros y nos dijo los motivos por el cual había decidido tomarse un año de vacaciones. El joven confesó, que se tomará un tiempo para sí mismo, y buscar su verdadero camino. Anunció, que comenzará a estudiar en la Universidad de Toronto en otoño, para cumplir con sus expectativas de perfeccionarse en la música. Según el artista, admite que cometió muchos errores en este corto tiempo, y desea revertir los hechos sintiéndose realizado consigo mismo. Vamos a ver un poco de la entrevista que se emitirá completa esta noche.  

—Siento que tengo que hacer algo por mí, por mi familia que me quiere ver bien y por mis fans. Quiero retribuirles todo lo que hicieron por mí en este tiempo. Les debo algo, y me voy a esforzar para volver a encontrar la inspiración que necesito, y poder obtener un título en la Universidad. Es lo que mi madre quiere para mí, y no puedo hacer otra cosa más que hacerla sentir orgullosa."

Justin estaba sentado en una cómoda silla acolchonada oscura, en donde posaba su codo sobre el descansabrazos y se acariciaba la mejilla con la yema de los dedos. Sonreía de vez en cuando dejando a relucir sus dientes en un intento por mostrarse agradable, aunque se podía notar desde lejos que sin lugar a duda, lo único que deseaba era salir de allí. La camiseta verde musgo pegada contra su cuerpo le daba una imagen mas atractiva que cuando usaba esas casuales prendas excesivamente grandes para su tamaño. Gesticulaba poco y mojaba sus labios todo el tiempo. Se podría decir que no se sentía realmente cómodo. 

La muchacha se quedó atenta a la noticia que emitía el noticiero matutino, mientras se sentaba a tropicones en el brazo del sillón. Ella, como todas las demás adolescentes, conocía al cantante Justin Bieber. No le gustaba, pero de algún modo, sabía que el muchacho tenía demasiado talento y los últimos escándalos en los que se había visto involucrado, no le habían favorecido a su imagen. Pensó que después de todo, la decisión que había tomado el artista, era lo correcto. Pero no podía creer la reciente idea que se estaba armando en su cabeza. 

Sarah frunció el ceño al darse cuenta de la remota pero confirmada posibilidad. Este otoño, Justin Bieber sería su compañero de clase. 

"The Club" {Justin&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora