La noche aún fresca

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Las calles ya son naranjas, el cielo es azul, la luna brilla amarilla y  gigante sobre él, es la escena más típica en este lugar.

Los vivos están más muertos y sonríen con la brisa suave que entra por la ventana o duermen más tranquilos con el traqueteo de las máquinas que alivian su calor. 

Los muertos que están más vivos, son los que acaban de despertar por el color de las estrellas y del cielo tan azul. La oscuridad les llama, como el flautista a los niños para jugar.

El sueño vuela de aquí para allá, salta y revolotea entre las farolas, los coches y los árboles, se mueve ágil con el viento y acude a las almohadas ocupadas. Trae consigo descanso, felicidad, angustia y agitación. Lo que de no lo puedes decidir, lo hace los dados invisibles para los ojos, supuestamente, abiertos.

La noche se derrama por este cuadro, cae al suelo sus gotas, pero acaba de ser dibujada, aún queda horas para que el pintor haga una nueva imagen del Sol.

Sueños de EsperpentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora