Capitulo 4: Nuevo Comienzo

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     Es increíble verlo aquí y en tan buena compañía a decir verdad, no le puedo quitar lo bonita que es esa zorra. No puedo creer que me esté haciendo esto después de lo que paso entre los dos. Lo miro desde la distancia y él no se da cuenta que lo estoy observando; él sonríe, toma vino y habla con ella tan tranquilo, estoy tan embelesada en lo que estoy viendo hasta que una mano me toca el hombro derecho y doy un salto por el susto que me pego.

—Sharon, que susto me has dado.

—Lo siento, ¿estás viendo aquellos dos?

—Sí, no lo puedo creer que él me esté haciendo esto.

—Ahora que estás viendo la realidad, ¿qué vas a hacer?

—Haré lo que tengo que hacer. — camino hacia la cocina y dejo a Sharon con la palabra en la boca.

— ¿Adónde vas?

       No le contesto la pregunta, sigo caminando hacia la cocina, ya no pienso en nada solo actuó y me dejo llevar por la rabia y el coraje que siento por él.

      Unos minutos más tarde, estoy lista esperando que todo salga como quiero que salga. Sharon se imagina que haré y se esconde en un lugar donde tenga muy buena visibilidad para no perderse de nada. Poco a poco camino hacia la mesa en donde está la pareja con su pedido de comida. Me acerco con pasos firmes e interrumpo a la pareja en un beso apasionado.

—Buenas noches, señores. Disculpe la demora aquí está su cena en la noche de hoy. — digo esto, la pareja se separa del beso y cuando Paul se da cuenta de quien está en la mesa  abre los ojos incrédulos y comienza a toser.

      Le entrego a cada uno su plato y tomo la copa de vino de Paul y se la relleno, acomodo la botella en la cubeta con hielo y hago que me tropiezo al girar mi cuerpo hacia la mesa virándole en la cara todo el vino que había en su copa.

 — ¿El vino esta frio señor? —no contestada por el estado de sorpresa en que esta. —Porque si no está frio, con esto se puede refrescar. — no hago más que decir estas palabras, tomo la botella la coloco en la mesa y tomando la cubeta de hielo se la derramo en su entrepierna como reflejo se para de su asiento y yo con una fuerza que nunca creí tener lo siento de nuevo y me viro a decirle unas palabras a su acompañante.

—Usted, quiero decirle que este hombre... bueno... esta cosa andante fue mi novio hasta la noche de ayer por un año hasta ahora. Así que no se preocupe por mí, se lo dejo completito pero antes... — miro a Paul que se está secando su pantalón y yo con la misma paso la pierna de izquierda por su lado derecho y me siento en sus piernas y lo tomo por la barbilla para que me mire y me escuche. — Lo nuestro termino, quiero que me entregues las llaves de mi departamento y que vayas mañana a buscar todas tus cosas. — dicho esto, me lanzo a su boca y lo beso; beso que me responde y sus manos descansan en mi cintura.

Cuando terminamos de besarnos, salgo de entre sus brazos y le digo a la rubia peli teñida.

—Todo tuyo,  ya no lo quiero. — doy media vuelta y salgo del restaurant hacia al auto.

Casi llego a la salida del hotel y escucho una voz que me llama gritando.

— ¡Loanne! ¡Loanne, maldita sea! Detente ahora. — me grita por todo el camino que recorre y continúo mi andar sin hacerle caso a sus gritos.

Avanzo en mi caminar hasta llegar a la calle y es entonces que me detiene una mano.

— ¿Qué te pasa? ¿Porque hiciste esa maldita escena de celos?

—Celosa, ¿yo? No, ni te creas; no voy a alimentar tu maldito ego ya no más.

— ¿Qué hiciste entonces, explícame? Llegas y me haces una escenita.

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