Nivel 3

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En la ciudad existe un lugar al que nadie se acerca, cuya sola mención es causa de escalofríos y no es sólo por el hecho de que es un lugar peligroso (nadie lo sabe en realidad) pero su tabú consiste en que lo que se encuentra detrás de sus puertas es sin duda la expresión del lado más maligno de esta maldita plaga: El museo el barrilito.

Lo primero que hay que reconocer es que la gente no se rindió sin pelear, cuando todo comenzó a salirse de control, el ejército lanzó una convocatoria a todos, jóvenes, adultos y cualquiera que pudiera empuñar un arma, con la esperanza de que entre todos podríamos controlar esto para asegurar la supervivencia de nuestra ciudad, para quienes tenían alguien de quien cuidar (niños, bebés, etc.) el ejército habilitó el museo el barrilito como refugio infantil.

El museo el barrilito era un museo para niños con salones amplios, llenos de colores y miles de actividades, estaba construido sobre un antigua fortaleza de tiempos medievales, por lo que sus sólidos muros de piedra y sus gruesas puertas de cedro eran virtualmente impenetrables para cualquier zombi que no viniera acompañado por un par de arietes y un ejército de cruzados, dentro de él alojaron todas las raciones que pudieran necesitar junto con los sistemas necesarios para asegurar la supervivencia de los pequeños durante años en el peor de los casos, se seleccionó a un grupo de gente cualificada entre educadores, psicólogos, pediatras y personal del museo en general para atenderlos y finalmente cerraron las puertas con un código para que solo unos cuantos adentro pudiera desbloquearlas cuando el peligro hubiera pasado... Nadie estaba preparado para lo que sucedió allí.

Algo salió terriblemente mal, cuando los padres sobrevivientes de la fallida resistencia regresaron, solo encontraron una puerta cerrada a cal y canto sin más respuesta que el coro de gruñidos antinaturales, la única certeza que tenemos es que los gruñidos están muy lejos de ser los de un monstruo normal, se escuchan, fríos, deformes, de todos tipos entre agudos y graves que nos obligan a imaginar las criaturas de pesadilla que esconde el lugar.

Nadie sabe a ciencia cierta cómo funciona la plaga, yo veo cómo actúan, cómo empiezan a cambiar lentamente, solo que en los niños las cosas son distintas, ellos crecen más rápido y por lo tanto mutan de manera mucho más acelerada. Se cuentan historias de gente que escondió a sus hijos cuando ya habían sido infectados, los amarraron en áticos o sótanos en espera de que su bebé recobrara el sentido, a los pocos días los padres fueron asesinados por criaturas con dientes afilados, con uñas como navajas o con extremidades modificadas, bestias de pesadilla que antes fueron sus retoños. jamás he comprobado si la mutación acelerada en niños en cierta pero para el caso solo necesitas parar frente al museo para quedar fuera de toda duda.

Muchos lo han intentado, empezando por los padres, vagabundos, saqueadores, todos lo intentamos, yo mismo me he parado frente al enorme portón más de una vez, pero tratar de forzar esa puerta es totalmente diferente a cualquier otra, cada momento los gruñidos son más intensos, a pesar de haber visto todo tipo de horrores, el miedo se va colando en tu cerebro, los gruñidos antinaturales (Incluso para los zombies) se escuchan en todas direcciones, a veces juras que el piso comienza a temblar como si alguna criatura enorme del interior se encontrara al otro lado ansiosa por encontrarse contigo, escuchas gritos de auxilio, voces que te animan a liberarlos de su prisión. La mayoría preferimos alejarnos mientras aún podamos mantener la cordura.

Así, como muchos otros días, la búsqueda diaria por suministros me llevó a encarar el portón maldito nuevamente, según los rumores quien consiguiera hacerse con la cantidad de cosas que hay tras esas puertas tendría la vida asegurada... si es que la conserva, yo contaba con el espíritu aventurero y ganas de asegurarme la vida pero el terror me recorría solamente con tocar la fría caoba de la puerta

Como otros días, decidí que podía vivir mi vida de rascar en otros lugares por unos días más, y me dí la vuelta decidido a regresar a mi guarida cuando un dolor impactó mi brazo, mi instinto me obligó a saltar mirando en todas direcciones para descubrir lo que me amenazaba pero no vi nada en absoluto, mirando al piso encontré una pequeña piedra redonda que seguramente era lo que había impactado mi brazo, aun mas confundido comencé a rebuscar a mi alrededor para tratar de descubrir de dónde había venido, a mi alrededor solo había campo abierto y ya me encontraba a unos 100 metros del museo que era la edificación más cercana, pero no había manera de que viniera de allí, sostuve la piedra en alto para verla mejor cuando un segundo impacto la arrancó de mis manos, en esta ocasión vi claramente como el impacto venia del museo, tal vez de segundo o tercer piso, me acerque con cautela hasta ver una pequeña figura que me apuntaba desde un ventana

Dead GameWhere stories live. Discover now