Two of You; Luke Hemmings.

CAPÍTULO 46.

—Vamos, ábreme —murmura golpeando insistentemente la puerta del baño.

—Dame un segundo —susurro.

Después de escuchar todo lo que Axel pensaba de mí... simplemente me vine abajo. No es fácil asimilar que pasé seis meses de mi vida con alguien que no me amaba de verdad y que además se atrevió a confesar tan a la ligera que me había puesto el cuerno. ¿Por qué Axel era así? Le entregué tantas cosas de mi vida, tantas experiencias y él simplemente fingía sus sentimientos hacía mí. Eso duele.

Además es demasiado loco pensar en que él se vio morir unas cuantas veces en sus sueños, es que ni él se daba cuenta de lo que lo diferenciaba de Luke. Dios, son muchas cosas para asimilar en tan poco tiempo y estoy tan confundida.

De pronto escucho un sonido, proveniente de Luke, sonó como si le hubieran dicho que ha ganado la lotería. Miro una vez más el sobre en el que está la foto de la que habló Axel, se lo arrebaté de las manos a Luke y salí corriendo al baño. Cierro los ojos y saco la foto, vuelvo a abrirlos lentamente y... comienzo a llorar más fuerte, estoy horrorizada. Esa foto podría ser clasificada como indebida o pornográfica y soy yo. Gracias al cielo que Luke nunca abrió esas cartas, pero me pregunto amargamente cuántos de los amigos de Axel vieron esto.

La puerta se abre y Luke me mira tristemente... quizá aquel grito de victoria fue porque encontró la llave de la puerta del baño. Se acerca a mí y me acuna en sus brazos.

— ¿Estás bien?

Niego con la cabeza y sollozo fuertemente contra su pecho.

— ¿Viste la foto? —pregunta con un dejo de enfado en la voz.

—Sí. Te juro que aquí y en China eso se consideraría pornografía.

—Lo siento, guapa. No debí leer esas cartas.

—Está bien —suspiro—. Creo que de alguna manera nos está ayudando a entender a Axel y todo lo que hizo.

—Tienes razón —asiente—. Pero no voy a leer la última carta.

— ¿Por qué no?

—Qué tal que dice más sobre ti..., no quiero que te haga sentir mal de nuevo con sus palabras.

—No, está bien —suspiro—, sí me saca un poco de onda el saber todo eso... pero está bien.

—Yo creo que eres perfecta —sonríe tiernamente y acaricia mi cabello.

Me ayuda a ponerme de pie muy lentamente y mi cabeza comienza a doler demasiado, eso me pasa por no comer a la hora que debo. Caminamos hasta la cocina y él me sostiene por la cintura, me deja en un banquillo y después saca un yogurt del refrigerador.

—Cómete eso en lo que hago algo de comer —murmura seriamente.

—Luke...

—No quiero verte llorar por eso de nuevo.

—Es difícil...

—Lo sé, para mí también lo es. Comete el yogurt, guapa, por favor.

—Luke... si algún día... eh... ¿crees que soy muy... melosa?

—Me encanta como eres —sonríe y se acerca a mí—. No dejes que sus palabras te afecten, yo te amo tal como eres, guapa.