Capítulo 1

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Había una pequeña y delgada figura debajo de las sábanas blancas de una cama. La forma de las sábanas mostraba que aquella persona estaba hecha bolita, su pecho subía y bajaba tenue, suave, profundamente pues aquella persona estaba dormida.

Unos cabellos cortos y rebeldes se asomaban desde la parte superior de la sábanas. Aquellas fibras azabache hacían un lindo contraste con el conjunto de telas, a demás que esos cabellos era lo único que de veía de la persona.

Los minutos pasaron poco a poco antes de que lo que estaba debajo de las sábanas diera una señal de vida. La persona había tenido un ligero espasmo a contra voluntad seguido de una brusca revelación de la persona misteriosa.

Se veía una chica de pómulos altos y mejillas abundantes. Tiene la cara redonda de tez pálida. Sus facciones son androginas; tiene la nariz pequeña y chata, los labios de un grosor intermedio. Los ojos, por otra parte, son de un tamaño grande y redondo; tiene un como azul grisáceo , pero depende la luz o de su estado se ven de otro color, llegando a ser grises, azul metálico o lila grisáceo. Además la mayor parte del tiempo lleva su cabello demasiado corto y sus fibras son de un color negro azulado, a veces azabache, siempre revuelto y despeinado de un color negro azulado. Tiene tanto las mejillas, nariz y orejas son rojizos por naturaleza, con poca pecas.

La respiración de la chica era agitada y temblante, el miedo en su mirar se notaba. Debajo de esos ojos tan expresivos había unas ojeras negras, le delataba la falta de sueño en toda la noche.

La chica, que al parecer seguia en estado de shock por una horrible pesadilla poco a poco regreso a la realidad gracias a su alarma, que marcaba el despertar de la chica para ir a la escuela. Rápidamente ella miro por toda su habitación percatandose y reconociendo su entorno, su espacio seguro y tranquilo.

Un inevitable suspiro de alivio se escapó de entre los labios de la pelinegra, notandose agradecía de estar en su simple habitación.

Lentamente la ojo azul se arrimo a un extremo de la cama, así exponiendo sus pálidas y delgada piernas, aunque de cierta  forma torneadas y lindas, no tenían ningún rastro de vello.

Torpemente se levantó, tambaleante y adormilada. Se dirigió a la puerta del baño mientras golpeaba su espalda débilmente para hacer un especie de "masaje" pues su cuerpo estaba tensado por la ansiedad de su sueño/pesadilla.

___ mojo su rostro con agua helada de la llave de su lavabo. Se miro al espejo y noto si deplorable aspecto, pareciera que algo robaba su energía vital. Miraba su rostro con atención, cada facción, cada imperfección; no era por narcisismo, sólo notaba los efectos de la falta de sueño reflejos en aquel espejo.

Después de minutos, tal vez horas de higiene personal, la joven se arregló colocándose unas vendas sobre su pecho, aplanando sus senos para que no le delataran como mujer. Se colocó un suéter de color blanco un poco abierto de los hombros. También, llevaba unos pantalones de mezclilla negros y unas zapatillas, un atuendo simple y vago como su personalidad.

 También, llevaba unos pantalones de mezclilla negros y unas zapatillas, un atuendo simple y vago como su personalidad

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Realmente era un chico guapo a la vista de cualquiera.

Se dio un vistazo para verificar que pareciera hombre, así fue. Salió disparado hacia la escuela, pues era una persona puntual y no quería perder eso.

Un escalofrío recorrió lo espina dorsal de la chica creando un ligero sacudido por la parte de ella. No evitaba pensar que alguien le vigilaba desde hace unos meses, después de  entrar a preparatoria.

Senria una mirada penetrante y tenebrosa encima suyo. Se detuvo y miro a su alrededor en busca de acosador, pero como siempre, no había nada.

Volvió a caminar nuevamente a la escuela para volver a sentir esa sensación de ser observado.

Se veía a lo lejos la preparatoria con varios chicos y chicas delante de la puerta, aunque no eran muchas personas pues el pueblo era pequeño y no era muy poblado, pero el tamaño era grande.

Narra Alen/___

Arremangue mis mangas por encima de los codos y camine entre las personas que estaban sentadas en las escaleras de la puerta principal.

-Alen.- Dijo una chica de cabellos castaños que estaba en aquel grupito de chicos y chicas. Me detuve en seco para ver a la chica que pronunciaba mi nombre -Buenos días.- Sonrio la castaña con amabilidad y ternura.

Alce mi mano en forma de saludo y esboce una ligera sonrisa tranquila hacia la chica en forma de cortesía. Las chicas que estaban ahí quedaron un poco estupefactas, era difícil que sonriera a otras personas.

Sin mucha importancia, seguí mi camino hacia los casilleros, por alguna extraña razón dentro de la institución era helado, muchos bromeaba que hace mucho alguien murió por congelación.

Me abrace por el horrible frío que sentía. Abri rápidamente mi casillero tomando algunas cosas de este. A un lado mío habían unas chicas teniendo una conversación sobre 3 chicos nuevos que habían llegado a él Instituto. Me llamo su atención, pues no era muy común ver caras nuevas. El pueblo era conocido por que muchos se iban de este, era común que la gente de aquí desapareciera o muriera asesinada; aquel tema aterraba a todos, hasta a mí. La gente suele contar de bestias, criaturas y asesinos que vagan por el los bosques de nuestro pueblo.

-He escuchado que los chicos son bien parecidos.- Dijo una de las chicas en tono embelezado.

-Nadie que se compare a Alen, él es novato más lindo y ni cambiaré de parecer.- Dijo otra de las chicas sin notar que yo estaba ahí. 

Cerre mi taquilla y me dispuse a caminar hacia mi salón sin intención de escuchar algo más de aquella conversación. Note la mirada de la chica que me había halagado, la mire de reojo y sus mejillas se habían teñido de un rojo intenso. Realmente odiaba los halagos, pues sólo eran basados en el físico de mi persona, gente de ese tipo no era necesaria en mi vida.

Me senté en mi banca, estaba a 3 asientos de la ventana y a 5 de la pizarra. No había casi nadie en el aula, aunque nunca se llenaba y era igual que a estar sin nadie, pues no hay muchas personas en mi salón.

Recargue mi barbilla sobre mi mano mientras tenía mi mirada perdida entre la maleza del bosque. Di un tenue suspiro cansado, mi mente empezó a divagar en problemas cotidianos.

Poco a poco la gente llegó a el salón y empezaron a sentarse en sus butacas. Tenía una silla delante, a lado derecho e izquierdo desocupadas, pues el primer día que llegue nadie me conocía o quería estar conmigo por que no podía hablar. Después, la gente me empezó a hablar por mi intelecto y físico, que gente tan hipócrita.

El salón se quedó en un silencio abrumado cuando el profesor entró con 3 personas detrás de él. Tres chicos nuevos...

Al Enamorarme De Tí (Proxys Y Tú)Where stories live. Discover now