cap. 6

25.6K 363 5
                                    

CAPITULO 6 (HOT) 

El Sr. Malik hace un ruido en su garganta. —Rosada y linda —Me dice.
Mi corazón se hincha con orgullo. De acuerdo, mi coño también.
Frota los labios de mi sexo con sus dedos antes de bajar su cabeza y lamerme, su lengua viajando del agujero al clítoris. Dulce Jesús y María. Lo que hizo envía un alto octanaje de lujuria a través de mí. Maúllo como una gatita mientras me come como un profesional.
Sin prisas, realmente tomándose su dulce tiempo como si estuviera saboreando fruta prohibida y madura. Mordisquea, chupa, lame y magulla los labios de mi sexo con sus dientes. Tirando. Pellizcando. Probando. Saboreando y sacando más de mi jugo de mi coño. No me importa. Me gusta un poco de dolor. Su lengua está en todas partes. Sobre mi clítoris. Sobre mi apertura. En mi interior.
Dios.
Estoy delirante. El placer es increíble y enredo mis muslos alrededor de su cabeza mientras me aseguro en la esquina del fregadero con una mano. Me lleva incluso más lejos. No puedo creer que su lengua pueda llegar así de profundo, pero no voy a quejarme. Incrementa su ritmo, dándome todo lo que necesito y estoy elevándome más, el placer derramándose a través de mí. Y solo sigue subiendo, mi cuerpo estremeciéndose con cada respiro, el éxtasis llegando más. Incrementa su ritmo, la lengua trabajándome más duro y dándome más.
—Estoy cerca.
Tararea contra mi clítoris, las vibraciones viajan a través de mí y mis nervios se encienten, empujándome sobre el borde hasta que estoy corriéndome, gritando su nombre. No, no solo su nombre. Su primer nombre sale de mis labios. — ¡ZAYN!
El Sr. Malik gruñe contra mi coño lamido continuando, follándome hasta que me corro una segunda vez, mi cuerpo estremeciéndose y temblando con placer. Lame mi coño, y mis jugos cubren su cara.
—Zayn —Sollozo—. Oh, Zayn.
Lanza su lengua contra la capucha de mi clítoris. —Te gusta. —Su voz es brusca, sexy y necesitada—. Pequeña zorra sucia.
—Joder sí —Estoy sin respiración, jadeando.
Se inclina hacia adelante, la boca abierta, pero lo detengo. —Quiero chuparte la polla.
El Sr. Malik se congela por un momento, luego se levanta, se desabotona su cinturón. Me deslizo del mostrador y hago sus manos a un lado para ayudar, tirando de sus vaqueros una vez abiertos. Mi boca se hace agua cuando veo que es un tipo de hombre comando, su polla balanceándose libre tan pronto sus pantalones están abajo.
Dios.
Es tan grande que imaginé que no puedo esperar a tener mis labios alrededor de su polla. Es gorda, gruesa y larga, la cabeza ligeramente más grande que una ciruela. La bolas del Sr. Bieber son grandes, altas y parecen pesadas. Lamo mis labios, imaginando su sabor. Sin dejar pasar otro segundo, lo empujo hacia atrás hasta que está sentado en el inodoro otra vez.
Caigo sobre mis rodillas y no vacilo, tragándolo tanto como puedo, saboreando el primer indicio de almizcle, calor y dulzura salada que emana de su eje. Bajo mí, se sacude y tiembla cuando envuelvo mi mano alrededor de su polla, masajeando su barra caliente mientras chupo la cabeza de su polla como si mi vida dependiera de ello.
—Oh, _____ —Toma mi cabello, y un indicio de dolor punzante se funde a través de mí—. No sabía que eras tan buena. Chupa mi polla —Flexiona sus caderas, empujando su excitación más profundamente en mi boca.
Lo libero con un ruidoso pop. —He tenido mucha práctica.
Me da una mirada sorprendida, sus ojos ampliándose, su boca abriéndose. Quizás no creía que yo era sexualmente activa. Incluso aunque soy una zorra de corazón, he engañado a muchas personas con mi fachada fría y angelical.
Lo chupo otra vez, queriendo impresionarlo con mis habilidades duramente ganadas. Pronto está jadeando, ambas manos metidas en mi cabello. Su respiración jadeante se ha reducido a una cadena de cortas arcadas mientras muevo mi cabeza de arriba abajo. Amaso sus bolas mientras hundo mi boca hasta que la punta de su polla empuja la parte posterior de mi garganta. Estoy enojada porque no puedo tomarlo todo. Es tan largo y grueso que realmente tengo que estirarme para acomodar su alarmante circunferencia.
—Eso es, chupa mi polla gruesa —Sus dedos se entierran más profundo, como si me urgiera a tomarlo todo, darle más—. Tómala.
El pecho del Sr. Malik se levanta, la expresión en su cara se endurece como si estuviera tratando duramente de evitar su orgasmo. Y no quiero que se corra todavía. No antes de que haya tenido su polla en el interior de mi coño. Profundo. Duro. Una y otra vez.
Le doy una última chupada larga y saco la polla de mi boca y me levanto para montarlo a horcajadas. Debe haber adivinado qué va a pasar, el tiempo, la expresión de querer en su cara se vuelve preocupación.
Las dudas probablemente están arrastrándose de nuevo a su mente, así que lo calmo. —Te quiero. Te he querido por mucho tiempo. Profundo y duro en mi coño. No quiero irme de casa antes de que te tenga.
— ¿Irte de casa? —Su voz es profunda y ronca, su polla todavía dura entre mis muslos.
—Voy a Brown este otoño —Giro mis caderas, lanzando un gemido desde el interior de su pecho, y mi coño se contrae, doliendo por tenerlo en mí.
Su expresión cambia de atormentada a compresión nueva ante por qué repentinamente estaba atrapándolo en mi baño. Una brizna de angustia destella sobre su cara, pero se recupera rápidamente, mordiendo su labio inferior cuando giro mis caderas.
Sin que otro momento pase, aplasto mi boca contra la suya, besándolo. —Te necesito. Fóllame, por favor —Arqueo mi espalda y me muevo hasta que puedo estrujar los labios de mi coño sobre sus bolas, luego lentamente avanzo poco a poco a lo largo de su eje duro y venoso hasta que alcanzo la punta, muevo mis caderas y baño la cabeza de su verga con mi crema. Vuelvo a bajar hasta sus bolas, poniéndolo húmedo y lustrado con mis jugos. Como un éclair. Pero me gusta este más que cualquiera de una pastelería.
El Sr. Malik sisea en placer, su cabeza cayendo hacia atrás y sus ojos se cierran.
En la vida cotidiana es un hombre tranquilo. Calmado. Culturizado.
En el sexo, es exigente con un toque de suciedad. Y adoro las charlas lascivas. También me alaba, alternando entre decirme lo bien que lo hago sentir y lo sucia que debo ser por tentarlo. Saboreo cada palabra. Especialmente cuando agarro su eje y lo posiciono en mi entrada. Una mirada soñadora se filtra en sus ojos mientras bajo sobre él, tomándolo centímetro a centímetro grueso.



El Mejor Amigo De Mi Padre TERMINADAWhere stories live. Discover now