Capítulo 7. Sección Final.

184 68 36
                                    

Parpadeé un par de veces confusa hasta adaptarme a la luz y me fui incorporando lentamente, sintiendo mi cuerpo totalmente renovado. Ya no había rastros de las dolencias que lo aquejan (o me había curado, o estaba muerta)

Barrí el espacio con la mirada.

Se trataba de un recinto esférico, rodeado de puertas, cada una de las cuales tenía un letrero informativo sobre esta. Ahí podían verse cada una de las secciones del laberinto, que ya había recorrido, y había también otras nuevas.

Entendí que desde aquella "Área Central" se podía acceder a las diversas secciones de manera independiente, aunque para llegar allí, era menester atravesarlas todas.

¡Cuestiones de la magia!

En el centro del habitáculo, había un atril con un libro abierto. No necesita acercarme para saber que era una nueva "representación" de aquel mismo texto donde estaba metida, pero de todas formas caminé hacia él, pues necesitaba plasmar mi firma y un comentario final, para poder largarme de allí.

Cuando estuve frente al libro, pude ver una cantidad de nombres graficados en sus páginas y a medida que volteaba las hojas se sumaban más y más. Varios tenían fechas adjuntas, lo que me permitió reconocer que esas personas eran de diferentes épocas.

Me permití leer también algunos de sus comentarios, sus "experiencias", dentro de aquel laberinto literario,  mientras reflexionaba sobre la propia.

Algo se agitó en mi interior, al rememorar mis vivencias. Ya no me sentía enfadada con el libro, sino lo opuesto.

Comenzaba a darme cuenta que lo que me había pasado, había sido mucho más profundo que atravesar ciertas pruebas, resolver encrucijadas para llegar a la "Salida".

En cada ocasión yo también me probaba a mí misma. El libro laberíntico había sacado lo mejor de mí, mis conocimientos acumulados, que afloraron de inmediato pues estaban a flor de piel, mis destrezas físicas, que aunque las creía inexistentes, estaban latentes y esperando salir, mi valor, entereza y fortaleza, que emergieron en los momentos más insólitos y difíciles, pues formaban las bases de mi carácter, y mi fe, que aunque algo aletargada, siempre se mantuvo constante y emergió cuando más la necesité.

Ese era el verdadero sentido del Laberinto. No fastidiarme, sino ayudarme a encontrarme a mí misma, mi centro y así poder crecer.

Terminé de escribir el comentario final, mientras rememoraba cada uno de los episodios que me habían llevado hasta allí, y por último dibujé mi sello personal:

Terminé de escribir el comentario final, mientras rememoraba cada uno de los episodios que me habían llevado hasta allí, y por último dibujé mi sello personal:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Junto a un enorme "GRACIAS".

El celular sonó una vez más. Lo tomé, y pulsé la tecla de "Salida". Mi inesperada travesía había llegado a su fin... Al menos por ese día.

Dentro del LaberintoWhere stories live. Discover now