Verdades Ocultas.

Prologo.

Era una noche oscura, llena de nubes densas, tanto que la luz de la luna no lograba atravesar aquel denso muro. El joven Winkis se encontraba solo caminando por la carretera, su auto se había quedado varado y buscaba alguna estación de servicio en la cual poder pedir ayuda, pero todo era en vano la carretera estaba desierta y la ayuda estaría muy lejos, pensó en llamar a una grúa, pero esta tardaría demasiado seria más rápido caminar.

Esa noche se sentía fuera de lo normal, el lo presentía así ya que desde pequeño podía sentir cosas que los demás no aunque nunca había dicho algo al respecto con aquellos que lo rodeaban.

Su subconsciente le decía que algo andaba mal con el ambiente, pero aún así debía seguir caminando por aquella carretera solitaria solamente iluminada por unos cuantos faroles que estaban a metros de distancia uno del otro. De pronto llegó una corriente de aire, pero no era por eso que su piel se puso de gallina.

Unos lamentos de dolor le llegaron desde lejos.

-¡Cállate!- sonaba después de cada alarido.

Winkis supo de inmediato que debía de alejarse de ahí estaba peligrosamente cerca de donde provenían aquellos alaridos; se dio la vuelta , decidió que llamaría a la grúa.

-¡Auxilio!- chillo una voz, se escuchaba cansada y llena de dolor- ¡ayúdenme!

-¡Cállate!- le ordeno otra voz furiosa.

Winkis siguió caminando en dirección contraria cuando un fuerte sonido llegó a sus oídos, seguido de otro que parecía de un pedazo de metal estrellándose contra el suelo; poco a poco se fue escuchando unos pasos que corrían acercándose peligrosamente, Winkis comenzó a correr en un intento desesperado por alejarse de aquello que lo estuviera acompañado.

Unas manos lo agarraron por los hombros dándole la vuelta, al levantar la vista se encontró con un hombre ensangrentado, lleno de golpes por todo el cuerpo, apenas podía mantenerse de pie.

-Ayúdame por favor- le suplicaba aquel hombre.

Él lo dudo por un momento, pero aunque su "sexto sentido" lo decía que corriera y lo dejara ahí, su moral fue más grande.

-Recárguese en mis hombros- diciendo esto tomo uno de los brazos de aquel hombre y se lo paso por atrás del cuello y comenzaron a caminar a toda prisa, el hombre cojeaba del dolor debido a una herida en su pierna- ¿Qué fue lo que le paso?

-Él me hizo esto- contesto el hombre con algo de esfuerzo- no hay que dejar que nos alcance- volteo a mirar a el joven, su mirada estaba llena de miedo- el golpe no lo detendrá por mucho, no dejes de correr chico.

-¿Qué? ¿Quién es él?

El hombre volvió a mirar directamente a los ojos de el joven, con más miedo que la vez anterior: - al ángel - le dijo con voz temblorosa.

Unas manos se encajaron el cuello del hombre lanzando hacía atrás, un hombre alto de cabello negro estaba parado atrás de Winkis, mirándolo fijamente. El hombre herido trato de quitarse el aturdimiento de la caída, se paro y comenzó a correr, el hombre miro sobre su hombro y corrió atrás del hombre herido, cuando lo alcanzó comenzó a golpearlo sin dudar.

Nuestro viajero barado sabia que debía salir de ahí lo más rápido posible, la mirada de ese hombre alto le había dicho que estaba muerto, pero aunque él le ordenara a su cuerpo que se fuera este no le hacía caso, Winkis estaba seguro de que aquel hombre estaba detrás de aquello.

El hombre de cabello negro golpeaba ferozmente al hombre herido hasta que lo dejo inconsciente, después se inclino sobre él y le murmuro algo al oído. Seguidamente se dirigió hacía Winkis.